Después de la pandemia

Expertos piden más implicación para poder detectar el Covid persistente

  • Faltan muchas lagunas por cubrir en su estudio, pero se sospecha que afecta al 10% de las personas infectadas

  • Su variabilidad clínica exige un registro y unidades especializadas

Miembros de la Red Española de Investigación en Covid persistente junto a un grupo de pacientes.

Miembros de la Red Española de Investigación en Covid persistente junto a un grupo de pacientes. / M.G.

En un contexto definido por la transición de un problema pandémico a uno endémico, los sistemas sanitarios no solo combaten la incidencia del virus, con sus picos y mesetas, sino también contra sus efectos a largo plazo. La noción sobre este problema despertó el 11 de agosto de 2020. El British Medical Journal publicó un artículo que abordaba el manejo de los síntomas post-agudos del Covid-19 en Atención Primaria. Poco después, el 9 de septiembre de 2020, la Organización Mundial de la Salud emitió una actualización en la que reconocía la existencia de efectos de larga duración después de la infección por SARS-CoV-2.

El 30 de octubre de 2020, el CDC (Centers for Disease Control and Prevention) estadounidense anunció su compromiso de investigar a fondo los efectos en la salud a corto y largo plazo asociados con la infección. En España, el Ministerio de Sanidad en el documento de 'Información científica-técnica. Enfermedad por coronavirus, Covid-19' el 15 de enero de 2021, ofrecía un apartado específico sobre Covid persistente o Long Covid y aunque reconoce que “aún no se ha definido con precisión, parece claro que se trata de una entidad que afecta a un gran número de personas y que, por tanto, está teniendo un gran impacto sanitario y social en la pandemia”.

Recientemente, la Red Española de Investigación en Covid persistente (Reicop) ha cumplido un año desde su creación, efeméride que ha servido para lanzar una campaña de visibilización cuya finalidad última es que se pueda disponer en España de un registro de afectados por esta enfermedad que afecta al menos a un 10% de las personas infectadas por el SARs-CoV-2.

Los portavoces de esta red consideran imprescindible que los pacientes diagnosticados de Covid persistente sean diagnosticados, registrados y codificados en la historia clínica adecuadamente para mejorar así el abordaje individual y poder dimensionar el problema. Por ello, han impulsado una campaña de visibilización. “Lo importante es que diagnostiquemos a nuestros pacientes, que los identifiquemos y por eso ofrecemos ayuda para incluir los códigos en las historias clínicas para facultativos”, ha explicado Pilar Rodríguez Ledo, presidenta de la Reicop y vicepresidenta de la Sociedad Española de Médicos Generalistas.

Desde esta sociedad científica creen que poder incorporar esta clasificación en la historia clínica dará información para poder cuantificar esta enfermedad, tanto en el número de pacientes afectados como el numero de profesionales que están tratando y los centros que trabajan en esto. Según explican desde Reicop codificar al paciente solo exige 15 segundos en consulta y rellenar la encuesta dos minutos. Además, también hay interés en visibilizar al paciente, aun hay mucho desconocimiento y todo esto ayudará a dar más apoyo a las personas afectadas. Con ese propósito se creó la Declaración del Escorial que recoge las principales necesidades partiendo de la importancia de reconocer el problema y que las administraciones públicas, de la mano de las personas afectadas y de las organizaciones científicas implicadas, consensuen pautas de actuación homogéneas, establezcan el diagnóstico y creen los registros para poder dimensionar el problema sociosanitario y de salud pública y, finalmente, destinar los recursos apropiados.

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