El juego de las sillas en el que cada verano se convierte el mercado de entrenadores se acerca a su fin. Ya están todos los bancos ocupados menos dos. Salvo Recreativo y Lorca, todos los conjuntos que la próxima campaña militarán en el grupo IV de Segunda ya le han dado el timón a su capitán. Si hace quince días había diez posibilidades en el mercado y nadie tenía prisa, hoy por hoy las posibilidades de verse fuera en el arranque para los indecisos son grandes.

Es una situación en la que la presión es para las respectivas direcciones deportivas, pero también para los profesionales. En el caso albiazul a Carazo ya le urge cerrar la contratación de un preparador que comande el proyecto deportivo y que fundamentalmente sea capaz de darle cara y credibilidad tras las aciagas últimas temporadas. El técnico será en el caso albiazul el termómetro de las aspiraciones recreativistas. Pero si Carazo tiene prisa, los candidatos que quedan libres en el mercado no pueden tensar más la cuerda. Las opciones escasean y las puertas se cierran. Quien no tenga banquillo en una semana comenzará la temporada en el paro.

Si la pretemporada llega en 15 días, el técnico no puede dilatarse más allá de la próxima semanaEl proceso de venta ha influido de forma notable en la planificación albiazul

El otro vestuario sin jefe es el del Lorca. El recién descendido conjunto lorquino está en el aire. Sin plantilla ni técnico, la pérdida de la categoría ha dejado el proyecto en suspenso a la espera de que sus propietarios asiáticos decidan qué hacer con el club y qué objetivos marcar para el próximo campeonato. Una situación anómala en la que hay mucho por discernir todavía.

En el caso albiazul es obvio que el proceso de venta dilató todo el trabajo. El plan del 15 de mayo dejó de ser válido el 26 de junio. 40 días perdidos y de retraso que ahora toca enmendar a marchas forzadas. Si la pretemporada está programada para el 12 de julio aproximadamente, la llegada del director de orquesta no se puede dilatar más allá de la semana que comienza. Es pura lógica.

De los 20 equipos que previsiblemente formen el grupo IV de Segunda B (siempre que Las Palmas Atlético permanezca como la campaña pasada), hay 17 técnicos confirmados y uno con contrato en vigor cuya continuidad está en el aire y no descartada.

Los recién ascendidos confiarán en sus entrenadores. Dely Valdés seguirá en el Atlético Malagueño, así como Rafa Carrillo en el Sanluqueño o Juan García en el Don Benito. El Almería B lo dirigirá Esteban Navarro.

El filial sevillista que ha descendido a Segunda B recaerá en las manos del onubense Luci Martín. La continuidad no es lo habitual en la categoría, donde las exigencias de los equipos tiende a desgastar muchísimo los proyectos demasiado efímeros en ocasiones. Así, el Ejido 2012 repetirá con Alberto González, Las Palmas Atlético con Juan Manuel Rodríguez, el San Fernando con José Pérez Herrera y el Recreativo Granada con Pedro Morillas. En el aire está la continuidad de Alberto Monteagudo. Tiene un año más de contrato y pese a que una vez que finalizó el play-off se daba por segura su salida todavía sigue sin resolverse. Munitis renovó con el UCAM, al que llegó en el tramo final del campeonato pasado.

Estrenarán banquillo Rafael Pérez Guerra Padilla en el Marbella, José Manuel Roca en el Villanovense, Luis Carrión en el Melilla, Leonel Pontes en el Jumilla, Jordi Roger en la Balona, Patxi Salinas en el Badajoz y Manolo Herrero en el Real Murcia.

De los 20 banquillos de la categoría habrá al menos 10 que estrenarán inquilino (serán once si finalmente no sigue Alberto Monteagudo en el Cartagena). El del Recreativo de Huelva será uno de ellos en los próximos días.