Recreativo

Duro final para la afición albiazul

  • Los recreativistas conectaron muy rápido con el partido a raíz del gol tempranero de Caye Quintana

  • El inmerecido empate del Jumilla provoca un silencio en el ambiente

La mala racha que experimentaba el cuadro de José María Salmerón en los últimos encuentros suscitaba cierta incertidumbre en el aficionado albiazul. Sin embargo, si por algo se caracteriza la afición del Recreativo de Huelva es por su apoyo incondicional e inquebrantable, por lo que aunque la inquietud desplazase a la ilusión que reinaba en el comienzo liguero, los recreativistas respondieron con creces en la séptima jornada.

Tras dos derrotas consecutivas ante dos de los clubes con mayor presupuesto del grupo cuarto de la Segunda División B, los aficionados acudieron al Nuevo Colombino con la sensación de que el transcurrir del partido podría evidenciar si la plantilla tenía el nivel necesario para, al menos, no pasar apuros como en temporadas anteriores.

El Decano conectó rápidamente con la afición. En el primer minuto de juego Caye Quintana inauguraba el marcador. El gol provocó el júbilo de los aficionados, poco acostumbrados a celebrar en las últimas temporadas un tanto en los primeros compases de juego. Dos minutos después, la alegría pudo ser mayor de no ser por el meta rival que repelió un disparo de Iago Díaz dentro del área.

El espectacular inicio del Recreativo contagió rápidamente a todos los presentes que, con palmas y cánticos, animaban a los jugadores a ampliar la renta. Conforme avanzaban los minutos en la primera mitad, el conjunto albiazul reducía el ritmo y la intensidad en el juego, pero la hinchada no bajaba los brazos y apretó al Jumilla hasta el descanso.

Las sensaciones entre los aficionados eran positivas. Pese a que no se conseguía poner tierra de por medio en el electrónico, el Decano dominaba el juego y no concedía ocasiones al conjunto murciano. Sin embargo, los aplausos y vítores se transformaron en silencio con el gol de Koyo en el minuto 68.

A pesar del duro golpe recibido, la esperanza persistía en el ambiente. El dominio desplegado por el cuadro onubense hacía creer a una afición que no desistió en la tarea de animar a su equipo. No obstante, finalmente el segundo gol no llegó y el plantel fue despedido entre tímidos aplausos y algunos pitos tras un nuevo partido sin conocer la victoria.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios