La campaña de la castaña en el Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche ha finalizado, “con un volumen de cosecha que se ha reducido al 40%, debido a la sequía durante el desarrollo del fruto, las lluvias a destiempo y la aparición de parásitos que han perjudicado la calidad y producción de la variedad tardía”, según ha señalado el presidente de la Cooperativa Castañera Serrana de Galaroza, Arturo Martínez.

Martínez ha explicado que la castaña temprana ha salido con mucho hongo y se ha perdido en la zona por la falta de agua, mientras que la tardía, que es la que se ha recogido en esta campaña, no se ha recuperado con las lluvias, porque el agua ha llegado muy tarde generando que muchos de los frutos se rajen hasta el fondo. “No obstante, la sequía ha sido un factor determinante en la reducción de la cosecha”, ha asegurado.

Sin embargo, las adversas condiciones climatológicas no han sido los únicos factores que han perjudicado al sector, ya que la castaña también ha estado afectada por los parásitos tradicionales, como el Balaninus y la Carpocasa, insectos perforadores del fruto que han perjudicado tanto la calidad, con un calibre menor que otros años, como a la comercialización, matiza el presidente de la cooperativa de Galaroza.

El día 5 de diciembre se reúne la Mesa del Castañar en Fuenteheridos

Según Martínez, hay medidas que se podrían tomar para reducir la presencia de parásitos en la castaña y que deberían ser asumidas por parte de todos los agricultores, pero también tendrían un mayor coste de producción y no se rentabilizaría tanto el producto. “Entre otras, se encuentra recoger toda la fruta, incluida la que no se va a comercializar, ya que el hecho de dejar parte de la cosecha en el suelo, hace que proliferen los parásitos, año a año”.

Por otro lado, el presidente de la cooperativa ha anunciado que el día 5 de diciembre se va a reunir la Mesa del Castañar en Fuenteheridos, donde se va a conocer la situación del Plan Estratégico, “herramienta fundamental para proteger medioambiental, social y culturalmente esta producción y mejorar su rendimiento económico”. El plan se encuentra en fase de borrador y su aprobación se reclama a la administración autonómica desde hace varios años.

Del mismo modo, Martínez destacó que teniendo en cuenta que ahora finaliza la ayuda agroambiental del castaño correspondiente a los últimos 5 años, y dado su carácter imprescindible para este sector, “también se pretende que la Mesa del Castañar, con el apoyo de los alcaldes de los municipios afectados en la comarca serrana, reivindiquen la necesidad de incluir la línea de ayudas para el castaño en la próxima convocatoria”.

Manojos de castañas en el árbol.

En la Sierra se contabilizan unas 3.500 hectáreas de castañares, de los cuales el 80% son centenarios y el 75% están certificados como ecológicos. Destacan variedades como Pelona del Barranco de los Nogales y San Migueleña, como extratemprana, y Ancha de Álajar, Helechal, Comisaria y Diego Vázquez, como tardías. Los municipios con más superficie de castaños son Galaroza (733 has), Castaño del Robledo (700), Fuenteheridos (600) y Los Marines (400 ).

La producción de esta comarca onubense va destinada en su mayoría a la exportación, en concreto, al norte de Europa, Italia, EE UU y Brasil, donde el producto se consume habitualmente, siendo uno de los más valorados por sus excelentes cualidades organolépticas y su gran calidad. Estos datos de exportación se enfrentan a los bajos índices de demanda nacional, que llegan a ser imperceptibles.