La Junta de Andalucía no está nada conforme con las críticas vertidas en las últimas semanas por los grupos ecologistas sobre las amenazas que se ciernen sobre el Espacio Natural Doñana. Encabezados por WWF, distintos colectivos han solicitado que se estudie la inclusión del parque en la lista de Patrimonio Mundial en Peligro y se mantenga dentro del Registro de Montreux de Humedales en Peligro, por considerar que no se han seguido las recomendaciones dadas por la Unesco -entidad que otorga el primer título- ni por la Convención Ramsar -que controla los humedales-. Refinería Balboa, dragado y reordenación de los riegos del Condado eran las principales amenazas detectadas por los organismos internacionales y la Junta de Andalucía considera que han sido neutralizadas o están camino de ello; así se lo ha transmitido a los ecologistas tras remitir un informe al Ministerio de Medio Ambiente (que lo enviará a la Unesco) en el que aporta su análisis de la situación y contrarresta las críticas.

Según explicó la representación autonómica en la última reunión de la Comisión de Desarrollo Sostenible del Consejo de Participación de Doñana, la Junta no está de acuerdo con las últimas denuncias. Así, la Administración defendió ante los integrantes de la comisión (entre ellos los propios ecologistas) que el proyecto de la refinería Balboa en Badajoz y el oleoducto que cruzaría la provincia hasta alcanzar el Puerto de Huelva está ya aparcado, después de que el Ministerio de Medio Ambiente emitiese una Declaración de Impacto Ambiental negativa sobre el mismo al considerar que "previsiblemente causará efectos desfavorables significativos sobre el medio ambiente".

En cuanto al dragado de profundización del Guadalquivir, la Administración se remitió a la postura ya expresada ante el Ministerio: obligatoriedad de cumplir las medidas recomendadas por los expertos para evitar los daños sobre Doñana y los cultivos arroceros y posible revaluación ambiental. En el tercer punto en discordia, el Plan Especial de Ordenación de las Zonas de Regadío del Norte de la corona forestal, la Junta defendió la tramitación ejecutada, en un plan que está pendiente de la resolución de las alegaciones para su aprobación definitiva.

La reclamación ecologista ante esta postura se resumió en una palabra: "Celeridad". Según explica el coordinador de WWF para Doñana, Felipe Fuentelsaz, "no podemos seguir estudiando el caso, es necesaria una resolución rápida que se ha retrasado demasiado por los problemas de coordinación entre la Junta y la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir". La formulación del plan se aprobó en diciembre de 2007 y el trámite de información pública acabó en abril de 2011 con 3.800 alegaciones sobre la mesa. Desde entonces se espera el documento definitivo que reorganice y legalice los riegos en la zona y acabe con las captaciones ilegales de agua.

En cuanto al oleoducto, tampoco quedan convencidos los representantes verdes en Doñana. "Que la DIA sea negativa no significa que se entierre el proyecto, el que tiene que decir que no definitivamente es el Ministerio de Industria", apunta Fuentelsaz, reclamando ese posicionamiento del departamento dirigido por José Manuel Soria. Y en cuanto al dragado, en la reunión y públicamente reiteran una misma postura: "Queremos que el rechazo al proyecto actual se vea reflejado en un documento oficial".

La Unesco tendrá ahora la última palabra. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, que gestiona el Centro de Patrimonio Mundial, prepara un informe sobre la situación del parque y su adecuación a los parámetros exigidos para mantenerse como Patrimonio de la Humanidad. La reunión del Comité de Patrimonio Mundial que se celebrará en junio en Camboya decidirá sobre la información recibida si incluye o no a Doñana en la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro.