A las 14:00 de este jueves en la playa de Matalascañas, la patrullera de la Guardia Civil avistó una embarcación semirrígida,  "de las habituales utilizadas para el narcotráfico" que al percatarse de la presencia policial, huyeron a toda velocidad por la playa que contaba con bañistas.

La Guardia Civil logró detener a una persona por un presunto delito contra la salud pública -narcotráfico- durante la operación. Los pescadores, bañistas y turistas que se encontraban en la orilla de la playa de Matalascañas observaron la intervención. 

Dos días más tarde, concretamente a las últimas horas de la tarde del sábado, el agua se encontraba repleta de bidones de gasolina que habían sido arrojados por la narcolancha en su intento de emprender la huída. 

Según fuentes de la Guardia Civil, "es habitual que las narcolanchas lleven muchos bidones de gasolina. Repostar este tipo de embarcaciones, que cuentan con unos 350 caballos aproximadamente, conlleva mucho consumo de gasolina". "Una vez que la Guardia Civil comienza a perseguir a la narcolancha, esta suele arrojar parte de lo que lleva -comenzando por lo más barato- para poder correr más". 

En este caso concreto, "es probable que los narcotraficantes se percataran de la presencia de la Guardia Civil, aunque el caso aún se está investigando".