Astrid Vargas deja el Programa de Cría en Cautividad del Lince Ibérico

El adiós de Astrid Vargas al frente del programa de cría en cautividad del lince ibérico planeaba desde hace meses en distintos foros y, finalmente, ayer se cerró el ciclo. Vargas se despidió en una carta con agradecimientos al equipo con el que ha trabajado durante los últimos seis años y medio en el centro de El Acebuche, en Doñana.

Una despedida con sabor agridulce. La enfermedad renal crónica (ERC) que ha mermado la población de lince en el espacio natural no debe desmerecer, según Vargas, el trabajo realizado desde 2003.

Vargas expuso que, incluso contando los diez linces que presentan un "deterioro renal irreversible", el programa, con 78 individuos, se mantiene por delante de los 56 ejemplares, objetivo de consecución para 2010 por parte de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Tras muchos años de parálisis, el proyecto de cría en cautividad se desbloqueó con la llegada de Astrid Vargas, a quien le precedía el prestigio de haber ayudado a salvar al turón de patas negras en EE.UU. Quedaban sólo 18, y ella y su equipo lograron que nacieran 2.500 en cautividad en 10 años. Vargas confesó que "necesita un descanso" para coger fuerzas antes de retomar el camino profesional que dejó en suspenso en 2003 y aseguró que el proyecto, con la estructura y los equipos consolidados, puede continuar sin su presencia.

Este año es clave para el éxito del programa, con la reintroducción en la naturaleza de ejemplares criados en cautividad.

Arreciaron críticas al programa, ya no por su coste, sino por las dudas sobre la adaptación de los ejemplares cautivos al medio natural. El adiós de la bióloga que logró el nacimiento de la primera camada de lince ibérico en cautividad en el año 2005 fue acogido con pesar por políticos, científicos y organizaciones ecologistas, que elogiaron su trabajo.

El director de la Estación Biológica de Doñana (CSIC), Fernando Hiraldo, lamentó la marcha de Vargas y opinó en declaraciones a Efe, que no ha recibido el trato adecuado que se merecía por parte del Ministerio (de Medio Ambiente Medio Rural y Marino). En opinión de Hiraldo, a Vargas "no se le ha facilitado una posición laboral estable" ni se le ha prestado "el apoyo que se le debía".