Gente de aquí

Antonio de Padua Díaz Sánchez, historiador, geógrafo y escritor

Antonio de Padua Díaz Sánchez

Antonio de Padua Díaz Sánchez / M.G. (Punta Umbría)

Su padre, Antonio Díaz Alés, era de Huelva, pero con raíces en el precioso pueblo de Niebla. Sin embargo, su segundo apellido es de origen francés. Por su parte, los orígenes de su madre, Soledad Sánchez Quintero, eran extremeños, aunque también nació en Huelva. Tuvieron tres hijos y uno de ellos es nuestro gran amigo Antonio de Padua, al que conocí en Punta Umbría, donde vivió veinte años y, aunque ahora reside en Gibraleón, demuestra día a día su amor por nuestro pueblo.

Antonio nació en Huelva el 8 de enero de 1962. Fue al Colegio San Fernando de la capital y recuerda con cariño a sus buenos profesores de Lengua y Literatura y de Historia, que son los que le inculcaron el amor por estas disciplinas, lo que le hizo estudiar Geografía e Historia en la Universidad de Sevilla.

Se casó en 1991 y tuvo una hija: Sara, que en la actualidad estudia Bellas Artes en la Universidad de Granada. Al igual que a su padre, le gustan mucho los animales y son fieles defensores de ellos. Antonio siempre dice que respeta a quien no le gusten los animales, pero no tolera que les hagan daño. Siempre lo veo pasear por la calle Ancha puntaumbrieña con sus tres adorados perros, a los que cuida y mima.

En su vida profesional es y ha sido muy polifacético. Por ejemplo, ha sido “corrector” en el periódico Huelva Información, cuando esa figura era tan necesaria e importante. Después fue redactor y columnista en la edición de Huelva del diario El Mundo. Como él mismo dice, aunque no estudió periodismo, licenciado en Geografía e Historia le abrió muchas puertas. También dirigió algunos periódicos del grupo Viva como el de Palos de la Frontera o el de Gibraleón. Fue colaborador de la cadena televisiva de Huelva “Teleonuba” y, durante varios años, director de la televisión católica “El Sembrador”. Y en su calidad de arqueólogo, ha trabajado recientemente en la remodelación de la plaza de Los Dolores, en el onubense barrio de Las Colonias.

Acaba de terminar la biografía de don Diego Suárez Mora, cura natural del Beas que ejerció de párroco durante muchos años en Gibraleón y que le encargó la creación de la fundación que lleva su nombre. Don Diego fue un sacerdote adelantado a su tiempo, dedicado en cuerpo y alma al prójimo más necesitado. Esta biografía, publicada por la Editorial Niebla, ha sido presentada recientemente en la localidad olontense.

El Ayuntamiento de Punta Umbría tuvo un buen concejal de Cultura que fue Francisco Rodríguez Cermeño, más conocido por Paco Cermeño, que ideó llenar el pueblo de poesía. Y para ello colocó azulejos de cerámica en carteles muy bien repartidos con poesías de los poetas de Punta Umbría o de fuera, pero arraigados en nuestro pueblo. Y permítanme que les escriba uno que a mí me gusta mucho y que salió de la pluma de mi amigo de la infancia Abelardo Rodríguez Mora, fallecido antes de que le tocara y que dice así: “Quien pudiera como tú, ver el mar por primera vez”, dedicado, como no, a las personas mayores que no vieron el mar hasta bien entrados en años. Y como no podía ser de otra forma, Paco Cermeño también contó con el gran poeta que lleva dentro nuestro amigo Antonio de Padua. Así, entre la Iglesia de Lourdes y nuestra monumental Torre Umbría, pueden ustedes ver la poesía que escribió: “Almenara guardiana de la mar, frontera de tierra adentro, hoy majestad de piedra, soledad en el Atlántico llano”.

Como pueden ustedes ver, nuestro amigo Antonio es una persona que ha hecho y hace de todo. Incluso ejerció de corresponsal en la ciudad de Los Ángeles, en Estados Unidos, y también en la Ciudad del Vaticano, acreditado por la Santa Sede, cuando la beatificación del Papa Juan Pablo II.

Además, fue editor y director de la revista Océano, autor de varios libros de poesía y de otros géneros, cofundador de la tertulia que tanto éxito ha tenido siempre: “Las noches del 1900”, en el bar del mismo nombre y con tan buen ambiente cultural.

A nuestro amigo lo echamos mucho de menos asiduamente en Punta Umbría. Menos mal que de vez en cuando se acerca por aquí y gozamos durante un buen rato de su conversación fluida y amena en torno a un café. Querido Antonio de Padua, tú eres un grande de Punta Umbría y por eso te he traído a esta galería. Recibe un abrazo fuerte.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios