Las incógnitas del apagón

EDITORIAL

Ha pasado ya más de un mes desde el mayor apagón eléctrico que se haya producido nunca en España y los ciudadanos continúan sin saber las causas que lo provocaron. El pasado 28 de abril, a mediodía, el país se quedó a oscuras y las comunicaciones telefónicas y por internet colapsaron por la falta de energía eléctrica. Una situación sin precedentes, que reveló la enorme vulnerabilidad de nuestro sistema eléctrico, del que dependen casi todas las actividades cotidianas hasta el punto de que no es exagerado decir que la vida quedó totalmente paralizada. El hecho de que más de un mes después sigamos sin tener pistas claras de dónde estuvo el origen del fallo sólo revela dos circunstancias. La primera es que no funcionó ninguno de los mecanismos de seguridad que deberían proteger una infraestructura tan importante como estratégica. La segunda es que, al desconocerse las causas, los españoles no pueden tener ninguna certeza de que se han adoptado las medidas necesarias para que no se vuelva a repetir. Al menos de forma pública, es mucho más lo que se ignora que lo que se sabe sobre el apagón. Los análisis realizados por expertos apuntan a una mala planificación del mix energético, con una sobre ponderación de algunas renovables. Pero ese juicio carece del refrendo oficial. Lo cierto es que esa matriz se ha cambiado en las últimas semanas lo que ha provocado un encarecimiento del precio de la electricidad. Como ocurre casi siempre en España, la cuestión se ha politizado con un debate artificial entre los partidos sobre la utilización de las diferentes fuentes de generación o la actuación en el incidente de Red Eléctrica, una sociedad en la que la mayor participación accionarial corresponde al Estado. La realidad es que, a pesar del tiempo transcurrido, la sociedad española sigue a oscuras sobre las causas que provocaron una situación de una gravedad sin precedentes.

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