María Fernández

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Hay que vivir el momento

Hay que vivir el momento. Aunque sea por los que están. Aunque sea por los que se fueron

últimamente me cuesta motivarme y me ha dado por escuchar entrevistas de Pau Donés, el conocido vocalista de Jarabe de Palo que murió en 2020 por un brutal cáncer.

Jordi Évole le preguntaba dos semanas antes de morir que cuánta prórroga pediría. "Toda una vida", respondía él. "¿Y qué le dirías a alguien a quien le han diagnosticado un cáncer como el tuyo?". "Nada. Que no se preocupe. Que se ocupe. Disfruta, diviértete. Móntate la vida para hacer lo que te guste, para estar bien, te quede el tiempo que te quede. Ya está. No te preocupes. No tengas miedo, no odies, piensa positivo. La vida son cuatro días y tres pasaron ya. No estemos aquí de mala leche, querámonos. Y si hay algo que no te interesa, déjalo de lado". Entonces, Évole, volvía a preguntarle. "¿Y de qué estás feliz, Pau?". "De estar aquí hoy", respondía el cantante.

Entonces, me quedé pensando en lo traicionera que es la mente y en lo rápido que olvida el ser humano. Me vi a mí misma hace unos años en mi piso de la playa junto a mi padre. Él me decía algo parecido a lo que Donés le contaba a Évole. En mi afán de pensar en el mañana, en anticiparme a los problemas y en mis inseguridades, mi padre siempre me lo recordaba: "¿De qué tienes miedo,hija? Lo tienes todo para ser feliz. Aprovecha el momento". Disfruta de lo que tienes hoy". Me acuerdo que aún antes de él ponerse enfermo, yo sabía que no estaría conmigo mucho tiempo. Porque las personas tan especiales terminan marchándose demasiado pronto. Como él. En mayo del 2016 nos decía adiós y yo me juraba vivir el momento, tal y como me había enseñado.

No hay un solo día en el que no piense en mi padre. Era de ese tipo de personas que dejan huella. Y sin embargo, todavía hay momentos en los que olvido sus enseñanzas y me pierdo. Qué ironía, ¿verdad? Pero así somos. Nos sumergimos tanto en la rutina que muchas veces perdemos el norte.

Por suerte, siempre nos quedarán señales.Como esa calle que ya luce orgullosa en la capital el nombre de Ana Vives, la querida exdirectora de Huelva Información; como esa plaquita con el nombre de mi padre en el Instituto de Trigueros. O como ese legado que Pau Donés regaló a toda España días antes de morir a través de sus palabras. Y es que ya lo dice Manuel Carrasco, 'Hay que vivir el momento'. Aunque sea por los que están. Aunque sea por los que se fueron.

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