Llegará el día en el que nadie tenga que dedicar un banco al colectivo trans ni a ningún otro. Estoy totalmente convencido. Al final la sociedad en su conjunto tendrá la suficiente fuerza como para aislar a los descerebrados que ven en la diversidad un problema. Separados se extinguirán en el ostracismo y la educación, ahogados en su propia estulticia. Una sociedad es más rica cuanto más plural y tolerante es, cuando en su espacio cabemos todos con nuestras orientaciones, ideologías o creencias. Por eso vamos a ganar, porque afortunadamente la nuestra lo es en su inmensa mayoría, aunque todavía queden elementos podridos cuyas limitaciones mentales les haga ver en la diferencia un problema. Ellos son los verdaderamente enfermos de odio y atraso.

Alcanzaremos el tiempo en el que no sea preciso dar la noticia de ataques xenófobos, homófobos o tránsfobos. Habrán quedado atrás. Será un triunfo de todos, pero mientras llega, los ataques como el vivido en la última semana en Huelva nos demuestran que todavía hay terreno por andar. Nos queda mucha batalla que dar con dos elementos esenciales y ante los que los irracionales carecen de respuesta: educación y tolerancia para demostrar que nadie es inferior por ser diferente salvo ellos mismos.

Apenas unas horas después del estreno de un banco con un valor simbólico ya hubo un cobarde (o varios de ellos) que se acercó a hacer una pintada con la que sentirse el mejor de su manada. De noche y a escondidas como declaración de intenciones. Ejemplo de valor. Espero que pueda ser identificado y sancionado como corresponde. Hay suficientes cámaras en los edificios circundantes como para que no haya sido grabado por alguna de ellas. Pero lejos de triunfar con su gamberrada, fue derrotado por la condena unánime de los onubenses.

Eso sí, hay algo en lo que tiene razón el autor de la pintada. En lo único que puedo estar de acuerdo con el estúpido (y me muerdo la lengua para no usar otro término) que atentó contra el banco por la visibilidad del colectivo trans es en la rúbrica que dejó. Totalmente de acuerdo con él. Quien pintó el banco quiso mostrar su odio y sin querer dejó escrita su firma y definición: enfermos. Es lo que son todos los que pretenden hacer de la diferencia un insulto.

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