Lo simple y lo complejo

A veces lo más simple es lo más complejo y viceversa. Quién sabe. Complejo en su simpleza y simple en su complejidad. Un poco lo que le ocurre a Barjuan en las conferencias pospartido, metiéndose en unos embrollos verbales en los quese le hace la lengua un lío entre lo que dijo, lo que ve, lo que dice y lo que sale en el campo. Hago este preámbulo por simplificar lo complejamente llamado proyecto, un papel que todo lo aguanta, una intención, una filosofía que definen las líneas de actuación en los niveles de organización y estructura. La transmisión de valores, normas de conducta, definición de estilo de juego, directrices para la política de fichajes y caracterización de objetivos.

Dado que el mínimo indispensable se logrará mañana con una permanencia tan retardada matemáticamente, y otorgado el aprobado, hay notas que bajan hasta esa mi propia media raspada. Principalmente, un técnico capaz de ajustar el sistema de gestión de recursos humanos para obtener y consolidar un alto rendimiento en una competición que no admite dilación o dudas, por eso hubo de saber con quién contaba para aplicar lo del papel. Es tan simple decir que este equipo vale más puntos que esos cuarenta y nueve, como complejo demostrar que con otro modelo más realista, más reconocible, tal vez más clásico, ahora se pelearía por el número 6 para jugar la gran lotería. Eso es un "what if"; es decir, una conjetura sin pruebas. Sí esta probado que la memoria del recreativista no alcanza ya a recordar la última vez que su equipo le despertara un cierto interés jugando ese fútbol escrito en el ínclito proyecto. Lo que fastidia en verdad es la distancia entre palabra y obra. Se cuentan por decenas los que van abjurando fidelidad en la belleza y en la fealdad, en el frío y en el calor, en el cerverismo o la barjuanada, al ente público o privado. Una pareja en crisis. Un activo social que sufre una inquietante anemia a meses de la nueva temporada y los inicios del 125º aniversario.