No me llames Dolores

24 de julio 2025 - 03:07

Hace cincuenta años era casi habitual que un niño o niña fuera bautizado con un nombre compuesto, especialmente para honrar a familiares fallecidos o para mantener vivas tradiciones religiosas. En los años 60 los usaban casi la mitad de la población, aunque esa costumbre se ha diluido hasta apenas el 14?% entre los nacidos desde 2020, y solo el 9,5?% si consideramos a recién nacidos de nacionalidad española.

Quiero pensar que la sociedad ha evolucionado y se ha dejado atrás esa costumbre, ya que son un campo de minas para la identidad personal. Nunca sabes si presentarte con el primero, con el segundo, con los dos o con el apodo raro que te ha tocado porque a los diez años te dio por comer espinacas y tu primo empezó a llamarte El Popy. Y al final, entre diminutivos, recortes y errores, nadie se acuerda de cómo te llamas realmente. Por eso ahora triunfan los nombres cortos y minimalistas, que no den pie a confusión ni a traumas.

Numerosos estudios confirman que el nombre que llevas impone sobre ti una especie de guión invisible. Una investigación en el Journal of Experimental Social Psychology demostró que los nombres fáciles de pronunciar generan una percepción inconsciente más favorable: las personas con nombres “fluidos” son consideradas más simpáticas, competentes y tienden a tener más éxito profesional. El nombre no solo influye en cómo nos perciben los demás, sino que puede moldear nuestra personalidad y trayectoria vital.

Esta semana he disfrutado de la visita de mis primas postizas y de ahí esta historia: Marina Diana, Dolores Esperanza y Carmen del Mar. Marina llama a su hermana Esperanza, pero los compañeros del trabajo la llaman Lola y su hermano la llama Loles. A Carmen del Mar su hermana la llama Mar pero en su casa la llaman Carmen y yo he terminado llamando prima a las tres porque me iba a explotar la cabeza. La madre de Marina la llama Diana y Marina Diana cuando alza la voz. Tienen un hermano que se llama Alberto Rafael y sus primos segundos Francisco Alfonso y Alfonso Cecilio: ¿Pero qué pasa en esta familia? Eso sí, con la nueva hornada han aprendido la lección: Hada, Selva, Yago y Hugo. Cortos y sin margen de error, que ya está bien. Pero todo esto es de lo más normalito, porque si nos vamos a generaciones anteriores nos encontramos con Eduvigis, Escolástica, Petronila y Gumersinda; sí, no me lo estoy inventando.

Me gustaría saber a qué se dedica Kevin Costner de Jesús y si le llaman Kevin, Keco, Chús o Jesús a secas.

Por favor, si vas a ser padre o madre elige bien y no atentes contra el futuro de tu querido bebé. ¡Feliz jueves!

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