Los vientos de marzo nos volvieron a citar con la Historia. Los Votos Colombinos de Huelva y Moguer, y el aniversario del regreso de la carabelas descubridoras de un Nuevo Mundo en Palos de la Frontera, abrieron un mes donde ya el incienso, perfume de tradición en la liturgia de la Semana Santa, es aroma que va llenando la ciudad de un ambiente especial lleno de fervor y tradición.

Cada año me gusta buscar en mi archivo revistas del pasado, con muchos años dentro, sobre las iniciativas particulares y ecos cofradieros de los santos días que se avecinan.

Hoy me detuve en una de ellas de gran solera en este tipo de ediciones y vi cómo allá en los años veinte del siglo pasado, cumplidos los cien años, viejos amigos ya desaparecidos contribuían al esplendor literario de la Semana Mayor con artículos de fondo sobre la Pasión. Hoy día, nos acercamos más a lo exterior de la Cofradías, valorando el trabajo y la devoción de nuestras Hermandades.

En la revista que os hablo me encontré que el editorial de la misma estaba escrito por el arcipreste de Huelva y la mayoría de los artículos, todos ellos de gran profundidad religiosa los firmaban conocidos párrocos y sacerdotes de nuestra capital.

Los títulos de aquellas colaboraciones eran muy significativos con las conmemoraciones a celebrar, poniendo de relieve el sentido pasionista y de fe en la conciencia del pueblo, como: La Cruz, La luz del dolor, El dolor y la Redención, Memento mei,La solemnidad en las procesiones y su influencia en el niño,etc.

En aquellas décadas de los años veinte y treinta del siglo pasado dos párrocos nos deleitaban y hacían pensar con sus escritos llenos de interés, entre ellos don Julio Guzmán López y don José Manuel Romero Bernal bajo cuya dirección muchas cofradías de Huelva comenzaron a crecer en devoción y entusiasmos. No faltaban firmas muy cualificadas como la de los sacerdotes don Antonio Pérez, don Cristóbal Jurado, don Manuel Sánchez, don José Rodríguez y el Padre Gilberto Blanco, superior de los Agustinos a quien debemos la fundación de la Hermandad de la Buena Muerte, en su antiguo colegio de la calle Puerto. Eran tiempos en que las parroquias de la capital ponían toda su entrega para que estas revistas mantuvieran el nivel que la celebración requería, y con ello la colaboración destacada de personas tan conocidas en aquella Huelva, como Siurot, don José Oliva, don Manuel Burgos y Mazo, y el sentimiento femenino en los escritos de Conchita García Limón.

Revistas que nos daban el ambiente sentido de años ya muy lejanos, pero que iban marcando el rumbo de una Semana Santa que Huelva acogía con muchas menos cofradías que ahora, y cuando la primera en desfilar era el Martes Santo, con Pasión en San Pedro.

Pequeños datos que nos traen recuerdos a los mayores y que pueden servir para engrosar el archivo de algo tan sublime como la conmemoración de la Pasión en Huelva.

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