La Cantonera

Pedro Cintado García

La placeta de Gabriel

Parece que las obras de La Placeta avanzan a buen ritmo y la incertidumbre sobre su terminación antes de la Semana Santa se va despejando en positivo. Cada día que paso por ese castizo lugar, me tranquiliza comprobar el frenético avance diario de las obras. La apuesta más arriesgada de nuestro alcalde y su equipo de gobierno urbanístico ha podido provocar una situación más que complicada de cara a los futuros desfiles procesionales y que era el temor de muchos.

Quisiera recordar al anterior alcalde Pedro Rodríguez, cuando en su época dorada, peatonalizó medio centro urbano de la ciudad. Entonces había dinero, Aguas de Huelva era municipal y hasta el Recre estaba en Primera División.

Podríamos pensar que aquella furia peatonalizadora pasó y volvió la calma a las calles del centro, pero parece que nuestro alcalde se ha contagiado del mismo virus que su antecesor y se ha puesto a peatonalizar calles con tanta pasión que parece que le va a meter mano hasta las calles de la piscina del Andrés Estrada. Al final de la legislatura vuelven esos vientos urbanísticos, aunque Aguas de Huelva ya está privatizada y "colabora" menos en esos menesteres, pero el equipo de gobierno municipal ha encontrado, casi al toque de la campana, una atractiva vía financiera a través de proyectos europeos que tiene a media ciudad levantada en obras.

Y tan arriba se ha venido nuestro querido Gabriel que se ha atrevido a meter en obras al buque insignia de las peatonalizaciones de Perico, la guinda de su pastel: la plaza de las Monjas.

Todos recordaremos las distintas y polémicas reformas que ha sufrido esta plaza, como el tapado silencioso de restos arqueológicos. ¿Dónde estaban entonces los "salvadores" del patrimonio histórico? Recordemos también la forzada colocación del monumento a Colón en un espacio saturado o la de esos altos monolitos con luces de colores que, afortunadamente, poco tardaron en derribar. Ahora, el alcalde viendo que la puesta en marcha del museo arqueológico va para largo, valientemente se atreve con la fuente de la plaza de las Monjas, ese símbolo que materializó el hermanamiento entre las ciudades de Cádiz y Huelva, por si no conocían ese dato. Pedimos que, al menos, se respete la placa que lo recuerda. Y esperemos que no "pinchen en hueso" con la reforma programada porque la crítica se agudiza en la intervención de espacios concretos, principalmente por su impacto social y más en época de elecciones municipales.

Y de ahí viene el motivo de este artículo de opinión. No cabe duda de que La Placeta y el tramo de Carrera Oficial hasta la iglesia de la Concepción finalmente estarán listos para los días previos de la semana grande de nuestra ciudad. Pero, ¿sabemos en qué condiciones nos la encontraremos?

Nuestro alcalde tiene la magnífica oportunidad de presentarnos la reforma de un espacio emblemático de nuestra ciudad y que dará mucho juego a la vida de la ciudad por la alta actividad que posee. Por este motivo, pido encarecidamente que cuidemos ese entorno comercial y administrativo fundamentalmente y que se piensen con detenimiento las propuestas existentes para su embellecimiento, como el proyecto de un monumento a las cofradías, tal como me ha parecido escuchar. A mí, personalmente y como cofrade, no me acaba de cuajar la idea. Quizás tampoco la conozca con profundidad.

La Placeta es un lugar mítico para los cofrades, puesto en valor como entrada de las cofradías a la Carrera Oficial por el ya fallecido Eduardo Fernández Jurado. Todos recordaremos los esfuerzos de ese antiguo presidente y de su equipo para crear una nueva Carrera Oficial convenciendo a casi todos con su verbo fluido y su conocido chascarrillo de "única, pública y unitaria" y que consecuentemente fomentó el procesionar por las calles del centro de la ciudad, tal como conocemos ahora y que tras 30 años continúa en vigor.

Si la idea bienintencionada es hacer un guiño a las cofradías en La Placeta y viendo la poca previsión de alcorques realizada, personalmente preferiría que se respetaran y se potenciara la presencia de naranjos que desprendan esa fragancia natural en primavera y que se creara un marco agradable para el paso de nuestras cofradías por ese renovado y emblemático lugar, sin kiosco de prensa o de la ONCE por ejemplo, más que dotarla de un monumento.

Por favor, que no se sucedan los cambios como los ocurridos en la plaza de las Monjas y La Palmera. La renovación de La Placeta puede hacer historia y marcar la pauta de las nuevas peatonalizaciones de los lugares emblemáticos de la ciudad. Después vendrán San Pedro, La Merced… Señor alcalde, no desaproveche la ocasión y remate usted la obra, porque en caso contrario, lo harán los onubenses.

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