La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

El papa jesuita y Pascal

El papa jesuita celebra el cuarto centenario de Pascal, defensor de los jansenistas en polémica con los jesuitas

El pasado día 19 el papa Francisco dio a conocer la Carta Apostólica Sublimitas et miseria hominis en conmemoración del cuarto centenario del nacimiento de Pascal. Su título está tomado de uno de los Pensamientos del matemático, científico, filósofo y hombre de fe –derrota de quienes oponen como inconciliables razón y fe– que, como ya no se estudia latín ni en los seminarios, les traduzco: “Las grandezas y las miserias del hombre son de tal manera visibles, que es absolutamente preciso que la verdadera religión nos enseñe que hay cierto gran principio de grandeza en el hombre, y que hay un gran principio de miseria. Hace falta, pues, que nos dé razón de estas sorprendentes contrariedades”.

Esta Carta es un texto extraordinario que debería ser de lectura y estudio obligatorio en todas las parroquias y comunidades de creyentes porque Pascal aporta claves asombrosamente actuales para pensar nuestro presente anticipándose a La era del vacío de Lipovetsky, La sociedad del espectáculo de Debord o Modernidad líquida de Bauman. Recuérdese el famoso nº 139 de los Pensamientos: “Cuando me he puesto a considerar algunas veces las diversas agitaciones de los hombres y los peligros y las penas a que se exponen en la corte, en la guerra, de donde nacen tantas querellas, pasiones, empresas audaces y con frecuencia malas, etc., he descubierto que toda la desgracia de los hombres viene de una sola cosa: el no saber quedarse tranquilos en una habitación”. Con razón escribe Francisco que “cuatro siglos después de su nacimiento, Pascal sigue siendo para nosotros el compañero de camino que acompaña nuestra búsqueda de la verdadera felicidad y, según el don de la fe, nuestro reconocimiento humilde y gozoso del Señor muerto y resucitado” alejándonos de las “diversas formas de ocultar la realidad”.

La Carta tiene también el atractivo de estar escrita por un papa jesuita, dado el durísimo enfrentamiento entre Pascal, defensor de los jansenistas, y los jesuitas. Ganaron estos, se condenó el jansenismo y fue arrasado el convento de Port Royal. José Jiménez Lozano lo contó en su extraordinaria novela Historia de un otoño. Cuatro siglos después la Carta del papa jesuita sobre Pascal termina pidiendo “que su obra luminosa y los ejemplos de su vida, tan profundamente sumergida en Jesucristo, nos puedan ayudar a seguir hasta el final el camino de la verdad, la conversión y la caridad”.

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