Alas de mariposa

La nube negra que te cubre

No hay paraguas que pueda contra la nube más tóxica, cargada de miedo, angustia, rencor y de ansiedad

Seguro que la habéis visto aunque no se deje ver. Normalmente va justo sobre la cabeza de un vecino, de un amigo, de un familiar… de ti mismo. Pesa tanto, tanto, que hace que los hombros se caigan, que la espalda se arquee. Logra ralentizar cada paso, que el mundo sea duro, que duela la vida.

Es una nube oscura que llueve sobre el que la lleva, como en los dibujos animados de cuando éramos niños. No pensábamos que fuera real. Que no. Que solo eran dibujitos. Que ya sabíamos que, si te caías por un precipicio, no hacías un hoyo con tu contorno y al rato seguías persiguiendo a un pájaro sabiondo. Despertamos a la adultez y descubrimos, con pavor, que existe esa nube espesa que te eclipsa el sol, que te deja solo, que te llueve, que te llueve a raudales y que solo te llueve a ti. Vas por las calles empapado, chapoteando dentro de tus zapatos y enfadado con la humanidad. Con toda. Y entonces pronuncias las palabras claves: "¡Ay que ver cómo está la cosa!". Estás tocado, tocado y hundido.

Es la nube más tóxica que puedas imaginar. Cargada de miedo, de preocupación, de angustia, de dolor, de recuerdos atroces, de agresividad, de rencor, de ansiedad, de odio, de desesperanza, de falta de empatía, de sospechas, de ansias, de desaliento… No hay paraguas que pueda con tanta carga y acabas tirándolo, desarmado, en la primera papelera que te encuentras. Chorreando y arrastrando los pies, vas dejando tu huella de lluvia ácida por donde pasas y, ya que estamos, salpicando tu acidez a los demás.

No te culpo de tu nube, que más bien eres víctima de ella. No te culpo de tu ceguera, - que no soy nadie para enjuiciar -, pero sí te hago responsable de ver solo la cara B del mundo y de obviar la cara A. Porque hay gente maravillosa rodeándote, haciendo lo que hace la gente maravillosa. Porque cada día está lleno de oportunidades para sonreír. Porque, en cuanto abres los ojos por la mañana, tú y solo tú decides si vas a tener un día de mierda o un día lleno de cosas bonitas. Tú eliges, ante dos posibles respuestas, la negativa o la positiva. Tú decides si vas a arrastrar "la cosa" o saltarla la pídola. Tú aceptas tu nube o agitas tus brazos hasta que desaparezca.

Y esa es la gran noticia. Puedes librarte de ella, sentir el calor del sol, sonreír hasta a los que no te sonríen jamás, cambiar tu mundo y ser la persona feliz que soñaste ser. La respuesta está en tus manos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios