La Magna Mariana

25 de septiembre 2025 - 03:08

Tierra de María Santísima se ha dicho siempre como aseveración popular incontrovertible. Y lo es, singularmente en Huelva, desde el Norte hasta el Sur, en la Sierra, el Andévalo, la Campiña, el Condado y la Costa, que bajo distintas advocaciones veneran a María en una nomenclatura diversa, celestial, epitalámica, gloriosa: Esperanza, de los Milagros – coronada por un Santo, San Juan Pablo II -. Socorro, Victoria, de los Ángeles, Auxiliadora, la Paz, Estrella...Una misma Virgen, Madre del Creador, reproducida en diferentes imágenes, por lo general de cautivadora belleza y de lo que ha sido una manifestación esplendorosa la procesión magna, la Magna Mariana, incluida una deslumbrante liturgia urbana en una muestra de nuestro rico patrimonio artístico-religioso, que colmó de entusiasmo, emociones y religiosidad las calles y plazas de Huelva el pasado sábado en aglomeraciones enardecidas de fe.

Porque lo más revelador que engrandece fervores y sentimientos es que las salidas de los pueblos de procedencia de las Vírgenes y la llegada a la capital – en algunos momentos de un apoteósico júbilo popular- han superado espectacularmente cualquier previsión, ofreciendo una asombrosa expresión devocional, un entusiasmo jubilar que desbordó las arterias por donde discurrían los cortejos de las respectivas hermandades provinciales. Se cumplía así lo que días antes anunciaba el Obispo de Huelva, Santiago Gómez Sierra:“aquí se respira devoción a la Madre de Dios en cada calle de la ciudad, como en la vida de sus pueblos”.

Inspirador de este acontecimiento extraordinario, ya en los anales de la Historia de Huelva: Antonio González. Presidente del Consejo de Hermandades, siempre pragmático, resolutivo y hábil en la logística, con José Luis Alburquerque, mago del tiempo y del espacio, virtuoso de la precisión y la puntualidad, maestro de la cronología, y con ellos un numeroso equipo de personas cuyo denodado esfuerzo y trabajo hicieron posible esta Magna Mariana. compartidos con la imprescindible e importante aportación diocesana Un ejemplo de lo que es capaz la sociedad civil con imaginación, espíritu creativo y organización.

Este es un sencillo homenaje a ellos y a cuantos nos depararon unas jornadas felices e inolvidables.

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