Escribiendo… Escribiendo… Escribiendo… (Minuto y medio después): "Qué tal el viaje?" El mensaje de mi madre no puede faltar. Y yo que lo agradezco. Cómo cambia nuestra visión con el paso del tiempo, ¿verdad? Con 18 años puedes pensar que la actitud de tu madre es cansina, y sin embargo con 32 lo ves como una actitud cariñosa, cuidadora y tierna. Ay, las madres. Hoy vengo a hablar de ellas y de su relación con WhatsApp. En este universo de nuevas conexiones y de nuevas formas de comunicación, ellas no pueden faltar y se adaptan rápido. ¡Ya te digo si se adaptan rápido!

Y es que ellas al final vienen a decirte por WhatsApp aquello que te han dicho otras miles de veces por otros medios. Puede ser vía llamada, vía grito por el pasillo de casa o vía entrada de casa cuando te estás despidiendo. Pero ahora lo hacen a través de una app de mensajería en su smartphone. Ese deseo y necesidad de tener comunicación directa con sus hijos les lleva a aprender el uso de la herramienta a una velocidad sorprendente. Bueno, no todo es rápido. El "Escribiendo… Escribiendo…" de la barra superior de WhatsApp en conversación abierta con una madre puede hacernos pensar en ocasiones que recibiremos un tocho importante. Pero no, tras segundos y segundos de espera, ahí está su respuesta a "mamá, mañana como con vosotros": ok. Para ser honesto, creo que esta es una respuesta más de padre. Mi madre respondería con corazones, o con besitos con más corazones. Y es que ella domina el arte del emoji, y hasta el de los estados. Lo primero me produce gracia y ternura a partes iguales. Lo segundo lo que me produce es ya, sencillamente, admiración. Si yo no sabía ni lo que eran los estados de WhatsApp (contenido que se autodestruye a las 24 horas de ser publicado) cuando ella ya los estaba usando.

Una madre que conoce los estados de WhatsApp se da cuenta pronto del potencial que tiene esa herramienta. Es un nuevo canal en el que publicar fotos y trabajos de su hijo. Y eso hay que aprovecharlo. Ay, las madres. "Me tienes que traer los tuppers, que solo me quedan dos". Poca broma aquí. ¿Hay alguna persona en el planeta Tierra que se haya atrevido a comprar tuppers nuevos para llevárselos a su madre?". Cuidado porque puede llevar condena de cárcel. Una madre no quiere tuppers nuevos.

Quiere sus tuppers. Esto es de Primero de buen hijo. A ver si estamos al loro. Este tipo de comunicaciones por supuesto también se hacen por WhatsApp. Mi madre además lo acompaña de un meme. Jaja, es la leche. Desde luego, son especiales. Por WhatsApp nos siguen diciendo que nos abriguemos (siempre aciertan), y hasta son capaces de averiguar nuestro estado de ánimo con dos líneas de texto. ¿Cómo es posible esto? Lo único que sé es que cada mensaje de mi madre me alegra y me hace feliz. Si hay una persona en el mundo que es capaz de emocionarme con palabras en una fría aplicación de mensajería, eres tú. Tenía que decírtelo por aquí, mamá. Ay, las madres.

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