Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La horma del fiscal general
Alto y claro
Es difícil imaginar a un presidente del Gobierno con más problemas que Pedro Sánchez. En él se cumple con rigor el dicho, poco adecuado desde la corrección política, pero no por ello menos certero, de que pone un circo y le crecen los enanos. Tienes líos monumentales en su propia casa, en su partido, en el Gobierno, en Europa por su resistencia a aumentar lo suficiente el gasto militar y, por si todo lo demás fuera poco, Donald Trump, que seguramente tendrá dificultades para situar a España en un mapa, le ha echado el ojo.
Pero si España, en lo político, fuera un país normal Sánchez debería tener todavía más problemas y todavía más graves. Si con fecha de hoy se consuma la cesión de la totalidad del IRPF a Cataluña como primer paso para conducirla a un sistema de financiación privilegiada de las mismas características que el vasco y el navarro, el presidente del Gobierno debería estar enfrentándose a una monumental rebelión en los territorios, en el mundo económico y en todos los colectivos políticos y sociales preocupados por la situación del país.
Porque lo que se quiere hacer dotando a una de las comunidades más ricas del país de privilegios singulares es romper los principios de cohesión nacional y de solidaridad interterritorial. Dicho con otras palabras: cargarse de un plumazo las bases del sistema que desde 1978 ha permitido establecer en España un modelo que, con luces y sombras, ha permitido que cuajase la democracia política y el progreso económico. Lo que se le va a dar a uno se la va a quitar a los otros. Y, por razones que no es difícil imaginar, los andaluces en esta ecuación tenemos todas las papeletas para salir perdiendo.
El jueves pasado, en la presentación del Anuario del Grupo Joly, el presidente de la Junta, Juanma Moreno, anunció que está dispuesto a encabezar desde Andalucía una ofensiva política en defensa de una “España de iguales”. Es imprescindible que así sea. La pena es que una acción que debería tener un respaldo político y social muy amplio va a ser absorbida por el agujero negro de la lucha partidista. Vivimos tiempos en los que los principios ceden ante los planteamientos oportunistas. Peor para todos.
También te puede interesar
Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La horma del fiscal general
Quizás
Mikel Lejarza
Yogures con fecha de caducidad
¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
El manoseo del Valle de los Caídos
El mundo de ayer
Rafael Castaño
Bajo la piel
Lo último