Visiones desde el Sur

El asunto Feijóo

Se le ha ocurrido, en el desvarío en el que anda, que todos aquellos a los que ninguneó le apoyen ahora

Núñez Feijóo y la cohorte que le acompaña han entrado de golpe en pánico. Tan es así, que a pesar de estar acostumbrados a mentir y a marear la perdiz, como hemos podido comprobar de manera fehaciente en la campaña electoral de las generales, y que ha sido acreditado por los profesionales del periodismo que pueden ejercerlo en libertad, sin coerción alguna por parte de los grupos mediáticos y de presión existentes a nuestro redor, a los que, como es sabido, les importa una higa la verdad y el interés general, exceptuando aquellos asuntos crematísticos que les son propios, y que ellos resumirían que les pertenecen porque ellos lo valen.

Vamos, a Feijóo se le ha quedado el cuerpo como si hubiese visto, no ya el rabo sino el cuerpo entero, al diablo, cuando esperaba confiado, aupado por sus propias mentiras y componendas, ver aparecer la luminosa figura de Dios, que le llevaría de la mano y en volandas, entre vítores del pueblo abnegado, al despacho de la Moncloa en el cual ya se veía sentado y “reinando”. Y resulta, que, a consecuencia de los inesperados resultados, el PP ha caído en unas horas en un remolino, en un vórtice oscuro y anegado de sabandijas y de extrañas miasmas, desde donde comienzan a elevarse voces, claras a veces y otras taimadas, pidiendo su cabeza y la de sus asesores más cercanos.

Pero el líder carismático que bajó a la capital para conquistar un reino en un rato, el salvador de la patria y otras memeces propias de dicho partido, que entiende que el poder les corresponde por derecho de pernada por los siglos de los siglos, se ha quedado pasmado, bloqueado, atónito… tal que el rey desnudo del cuento, piensa que sigue vestido cuando ya camina, hasta delante de sus allegados, en cueros y apaleado.

Cuando se veía ceñido con la corona, con el laurel bien calado en la testa, con el símbolo del imperio en la mano, resulta que unos mequetrefes comunistas, bolcheviques, reaccionarios, impresentables, etcétera, se la han robado.

Ítem más, se le ha ocurrido, en el desvarío en el que anda instalado, que todos aquellos a los que ninguneó le apoyen a él ahora, supongo que porque es el más guapo. Y ahora no vale aquello de que ha sido el más votado, no. Porque eso se lo ha saltado él mismo a la torera en varias comunidades autónomas y en un centenar de ayuntamientos hace sólo un rato. Así que, la tiene cruda. Porque en el PP hay quienes andan ya con la navaja en la faltriquera, esperándole.

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