Visiones desde el Sur

a los aspirantes

Quiero que me hablen de mi pueblo, de mi ciudad. De los bancos rotos y del alumbrado del parque

Lo dije el viernes de la pasada semana. Lo itero hoy. La cita con las urnas a la que nos enfrentamos el 28 de mayo, no son unas elecciones generales, lo son municipales, insulares y de comunidades autónomas. Pues nada. Los partidos políticos que pretenden representarnos, en cualquier rincón de nuestra geografía sean del color que fueren, continúan con el debate nacional a cuestas, con el oportunismo en la palabra y también con los gestos grandilocuentes sobre los hombros. Marcando tendencia. Llenándose la boca de espuma. Sembrando odio. Subidos en el ranking estadístico, en los sondeos, en los augurios numerológicos de los politólogos, con la vista puesta en la contienda nacional prevista para final de año. De los problemas de cada territorio, que es lo que se ventila ahora, poco o nada. Y me van a perdonar todos los aspirantes, pero, de esto no van las cosas ahora. Sí. Ya sé que a ustedes lo que les interesa es sacar tajada como sea, partir la tarta del electorado con la cuña más grande a su favor, pero, reitero, eso no toca en este desafío -si así quieren denominarlo-. Quiero que me hablen de mi pueblo, de mi ciudad, de mi comunidad autónoma. De los bancos rotos del parque. Del alumbrado público. Del asfaltado de las calles. Del acerado roto. De las carreteras llenas de baches. Del impulso a la creación de empresas. De la escasez de agua, de los embalses vacíos y de la desertización galopante. Del estado de las carreteras. De los colegios e institutos que faltan. De los centros de salud, de los médicos que no tenemos, de los hospitales y sus recursos materiales y humanos. De la atención a los mayores. De la seguridad ciudadana. De la glorieta que no se hizo. Del bienestar. De lo que van a hacer para mejorar la vida de todos. Y digo de todos. Porque un pueblo, una isla o una comunidad, es un conjunto inseparable que hay que armonizar, que hacer que funcione atendiendo a las necesidades comunes. Y ya está bien. No nos tomen por tontos o por niños de teta. Y quiero dirigirme a los aspirantes a concejales, a una alcaldía o a un parlamento autonómico. Mírenme a la cara. Soy un votante. Un ciudadano con derecho a pronunciarme. Y les digo, que las cúpulas de sus partidos políticos les están haciendo un flaco favor. Han encauzado sus discursos en clave nacional, en beneficio de ellos, no de ustedes ni de nosotros. Piensen un poco. Tengan criterio propio. Si es que pueden, claro.

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