En esta actualidad cotidiana que vivimos absolutamente llena de destinos y en la que el rencor, el resentimiento, la envidia, el sectarismo… la polarización social, en definitiva, son la realidad de cada día, vemos cómo esa realidad nos plantea contradicciones e incoherencias, sustentadas en ese nuevo modo de censura de lo "políticamente correcto". Tumbamos en aras de la defensa de un derecho básico inobjetable como es la igualdad, otro no menos indiscutible como la presunción de inocencia, que suele ser dinamitada por la "pena de telediario".

Y cuando aún no hemos digerido un hecho vinculado al estigma anterior, nos encontramos que quienes se califican como propietarios de los valores democráticos por la vía antifa, se ubican en la propiedad de un espacio urbano público y boicotean a pedradas y botellazos un acto preelectoral de quien es considerado enemigo y no adversario. Para colmo, algún componente del Consejo de Ministros es capaz de justificar esa violencia. Tan lamentable como las mentiras, en redes sociales, del inhóspito Simancas en relación a los fallecidos de la pandemia o la enésima victoria superadora de la misma: "Nos estamos aproximando al final de esta pesadilla", P. Sánchez dixit, en esa impostura de éxitos permanentes basados en una constante y permanente propaganda justificadores de una gestión caudillista de los problemas y que Ana Pastor ha definido como nadie: "Lo bueno es mío y lo que salga mal, de la UE o de las Autonomías". Así podríamos seguir hasta completar muchas páginas. Es por ello, que lo anteriormente citado me sirva para valorar y agradecer la organización, bajo la coordinación de la Hdad. Matriz de Almonte, de las exposiciones rocieras que vamos a tener en Huelva. El acto del pasado miércoles en las instalaciones del Puerto fue un remanso de sosiego y fraternidad rociera e institucional con presencia de esa sociedad civil que tanto demandamos y necesitamos en nuestra tierra. La agradable condición de anfitriona de la presidenta de la Autoridad Portuaria, dio cobijo sin distinciones ideológicas o de pertenencia a un acto entrañable y emotivo en el Cincuentenario de la Hermandad del Rocío de Emigrantes a la que no faltó el abrazo simbólico de la Hdad. de Huelva y de todos los allí congregados. Innegable es el agradecimiento debido, en lo que a mis hermanos y a mí nos atañe, la delicadeza, el cariño y el recuerdo a Eduardo por parte de sus compañeros de Junta y el actual presidente, en una especie de rendición de pleitesía disciplinada a quien fuera su presidente, reconociendo su figura, sus aportaciones rocieras y exaltando su condición de onubense cabal. Sirvan pues estas líneas de agradecimiento, no ya como hermano de Eduardo, sino como ciudadano de a pie, por el ejemplo de convivencia y representación democrática dados en estos eventos enraizados en lo más profundo de los corazones "choqueros", frente a tanta intolerancia que emborrona el bienestar de las gentes de bien.

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