Surcos nuevos

Jaime De Vicente Núñez

'Estados Unidos hispano'

El movimiento que nace en Huelva y tiene su meta en Nueva York, surgido con fuerza en los últimos meses, se enmarca en el contexto más amplio de las relaciones entre España y los Estados Unidos de América. Si el primero encuentra su fundamento en el monumento creado por Gertrude V. Whitney, que tendió a través del Atlántico un puente entre la provincia del Descubrimiento o del Encuentro (que ambos conceptos son compatibles y complementarios) y la gran metrópoli de América, los nexos entre los dos países están justificados por innumerables testimonios de la historia. El Congreso sobre Vínculos Históricos entre España y América del Norte, al que ya me he referido en anteriores Surcos Nuevos, incidió con acierto en esa historia y en la realidad que hasta hoy la continúa. Quiero referirme a sendas comunicaciones presentadas en él por Luis Alberto Ambroggio, de la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE), y por Jesús Ríos, director del diario digital Long Island al día; ambos son autor y editor respectivamente del libro Estados Unidos hispano, recientemente publicado, del que tomo el título de este artículo.

No es este lugar para analizar con detenimiento sus comunicaciones ni la amplia información del libro; baste decir que, entre otras muchas cosas, muestran la contribución hispana a la creación de los Estados Unidos. Si puede entenderse el afán de los colonizadores británicos por borrar las huellas de esta contribución, con el intento de olvido de una etapa histórica, es menos explicable que tampoco en España sean de conocimiento general figuras y hechos como el malagueño Bernardo de Gálvez y su campaña militar, decisiva para la independencia de las trece colonias, así como que hace apenas 200 años eran españoles estados como Alabama, Arizona, Arkansas, California, Colorado, Florida, Luisiana, Misisipi, Nevada, Nuevo México, Texas, Utah,… Por cierto, que hace poco más de un año Gálvez recibió de Barack Obama la ciudadanía de honor estadounidense.

Ambroggio y Ríos, junto con la ANLE y muchos estudiosos hispanos, defienden con pasión y argumentos el bilingüismo inglés-español en USA, consecuencia natural de la historia y de los movimientos demográficos. Por mi parte, estoy convencido de que personas como ellos pueden ser los mejores aliados estratégicos en aquel país para alcanzar los fines que se ha marcado la Asociación Huelva-Nueva York.

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