
Envío
Rafael Sánchez Saus
Torre Pacheco y otras miserias
Afirmo que nada tiene que ver la sagacidad en lo que sigue, pero, estoy harto del ruido que producen los políticos y sus voceros mediáticos, así como las estructuras económicas, empresariales, sindicales y esos otros entes que presionan de facto -y que podríamos citar, pero, supongo que no es necesario-, y que vienen a ser en realidad como gobiernos paralelos en la sombra, que acunan intereses comunes, inconfesables, cerrados en habitáculos a los que no llegan micrófonos, cámaras y ni siquiera aparecen documentados, a no ser que el azar haga posible el reconocimiento de dichos pactos.
Y afirmo lo anterior aunque puede que solo se deba al camino recorrido -en este caso, a la edad que uno posee-, ese trayecto que se hizo andando y del que hablaba Antonio Machado y Joan Manuel Serrat -que ahora se va de los escenarios-, puso música en su momento, haciendo que dicho poema haya traspasado generaciones y nacionalidades por la verdad que rezuman sus versos.
Mirar hacia atrás es lo que tiene, que uno puede ver los pasos que se dieron y hacer una comparativa con la realidad que ahora vivenciamos. Y lo voy a dejar bien claro porque no me gustan las medias tintas y, en todo caso, el error será de quien firma este artículo y no de los lectores que me soportan en estas páginas que tiene entre las manos, o en otros diarios o revistas en los que suelo manifestar opiniones o hacer críticas de temas no siempre políticos y las más de las veces literarios.
Algunos saben que he sido camarero, militar, librero, policía y gestor de emergencias; también que estoy graduado por una Universidad de Andalucía, que fui concejal en una legislatura, diputado provincial seis meses -dimití-, y que pertenecí a un partido político del que me di de baja por hartazgo; que aparte de hacer crítica política y literaria, he escrito algunos libros que andan por ahí perdidos en las estanterías de eso que llaman librerías o bibliotecas, y que pocos han leído, aunque sí algunas personas que me interesan y con eso puedo llegar al orgasmo.
Pero, volvamos al camino. No me gusta la senda en la que los líderes políticos de este país están encauzando a ese constructo que llamamos España. Nada. Algunos de los más representativos se van a pegar un tiro en el pie, que no es el suyo, es el de los afiliados. Y no va a tardar tanto. Todo es elecciones en este país nuestro: encuesta, propaganda, estrategia, tacticismo y… así no vamos a lado alguno. Al tanto.
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