Patrimonio abandonado

Hay asignaturas pendientes en las que se debería trabajar sin demora para no perder parte del patrimonio arquitectónico

El Ayuntamiento de Huelva incorpora en el área de Urbanismo una sección de Conservación y Patrimonio, cuya finalidad es garantizar el mantenimiento del patrimonio urbanístico y monumental de la ciudad. Hay asignaturas pendientes en las que se debería trabajar sin demora para no perder parte del patrimonio arquitectónico de la urbe, edificaciones que presentan un avanzado deterioro debido a su inexplicable abandono.

Es el caso de Villa Rosa, una vivienda unifamiliar de dos plantas de principios del siglo XX ubicada en la avenida Manuel Siurot. El Consistorio no termina de llegar a un acuerdo con los propietarios ni tampoco impone las medidas para que la edificación, que está incluida en el Catálogo de Edificios, Elementos y Espacios de Interés, con un grado de protección estructural, se conserve en adecuadas condiciones. La construcción se cae a pedazos y nadie hace nada por impedirlo.

El nuevo uso previsto para este inmueble sería dotacional público, se proponía un centro de interpretación vinculado con el acueducto romano y las laderas del Cabezo del Conquero, sobre la historia de las personas que habitaron en la zona, en el Chorrito Alto y el Chorrito Bajo, así como el uso, a lo largo de su existencia, de la Fuente Vieja.

También está en avanzado estado de deterioro la casa de obrero de vía de Cardeñas. El edificio, que data de finales del siglo XIX, formar parte del legado histórico de la capital onubense vinculado a los inicios del ferrocarril. Sólo se conserva la estructura de la casa, carece de techumbre y de todo cerramiento y el interior de la vivienda fue arrasado por un incendio.

El inmueble, de 1886, formaba parte de las construcciones de la línea del ferrocarril Huelva-Zafra, vinculado al paso a nivel que en este punto de la vía hacía la llamada vereda de Cardeñas. Dejó de funcionar en 1976 al cambiar el trazado mediante la variante de Peguerillas. Es un edificio de planta baja, que contaba con una cubierta a dos aguas formada por vigas de madera dispuestas triangularmente bajo tejas planas, característica de la arquitectura inglesa.

Se proponía para esta edificación un Museo de la Marisma, que realizara un recorrido por la historia de las personas que han habitado este espacio, creando una barriada relacionada con las salinas.

Otro de los edificios, que se deteriora a pasos agigantados es la Casita Blanca, sita en la calle Diego Velázquez, en cuyo interior ya se ha producido un incendio.

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