Ansia viva

Óscar Lezameta

olezameta@huelvainformacion.es

El PP nacional halla su sitio; en Huelva lo busca

La elección de Pablo Casado como presidente del PP nacional, ha contribuido poco a la hora de aclarar el panorama al que se enfrentan sus homólogos en Huelva. Si el primero tardó horas en determinar el lugar que debe ocupar en el panorama político nacional y que, básicamente, se resume en una huida hacia los planteamientos que la estabilidad había hecho abandonar al partido demasiado rajoyizado en los últimos años. En Huelva, especialmente en la capital, el panorama no puede ser más desolador. Los compromisarios conseguidos por los antes denominados críticos -hoy oficialistas al menos con la dirección nacional- sorprendieron incluso al flamante nuevo presidente del PP. Casado quiso felicitar personalmente a algunos de ellos durante un congreso que incluso sirvió para que Juana Carrillo ocupara un puesto en la dirección nacional, algo que fue intencionadamente olvidado en la valoración realizada por la dirección provincial. También sorprendió a éstos mismos, que no han sabido reaccionar desde entonces. Manuel Andrés González sigue atrincherado en la tercera planta de la sede de la calle Alonso Sánchez y hay que ir al pasado día 6, después de las primarias en las que votaron los militantes, para encontrar su última comparecencia pública. Han sido Duarte y Toscano quienes han dado la cara por él.

Ninguno de ellos, sin embargo, se ha apartado ni una coma de una línea oficial que no va más allá de que "aquí no ha pasado nada". Sirva un detalle como ejemplo: llevamos días escuchando, como valoración de todo lo vivido en estos días, la importancia que la dirección provincial da al hecho de que "los militantes han votado con total libertad". Ante semejante obviedad cabe preguntarse si esperaban que esto no se produjera. Sólo así puede entenderse la trascendencia ofrecida a un hecho más que evidente e intrascendente.

El pasado día 9 de febrero -se van a cumplir seis meses- un grupo de militantes de la capital, que sumaron más de 200, se reunieron en El Comercial, para pedir a la dirección provincial que la capital, el lugar donde hay más militantes del partido de toda la provincia, tenga un protagonismo hasta ese momento olvidado. Desde entonces piden una reunión con el presidente del partido y todavía hoy no se ha producido por "problemas de agenda". De nada sirven los llamamientos a solucionar de manera interna las posibles reclamaciones de los afiliados porque, simplemente, éstas no son atendidas por los actuales dirigentes.

Un grupo municipal ninguneado y manejado sin ninguna concesión al diálogo, a dar valor a personas que llevan muchos años en la batalla de las calles y de las asociaciones de todo tipo, a quienes se desprecian sus opiniones y se les somete a bochornos como los constantes cambios de opinión, por ejemplo, en el asunto de la venta del Recre. La dirección provincial debe reaccionar de manera inmediata. La etapa de no moverse hasta que las cosas se arreglen quedó enterrada con la elección de Pablo Casado. De no hacerlo, correrán la misma suerte que sus rivales.

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