Visiones desde el Sur

Inopia

Tan desorientados como el personaje de Ferré andamos, todos, en esta bacanal ideada y diseñada para confundirnos

Cuando uno lee la prensa, esa que remueve sentimientos en la sociedad de forma inmisericorde, o cuenta cosas que nos asombran tal que el delirio de algunos políticos, los excesos de algunos grupos de poder, la pasividad de congregaciones eclesiásticas ante hechos deleznables, la comisión de delitos de diverso jaez por personas supuestamente honorables, la aparición de pandemias y calamidades de toda laya -ya sean fruto de catástrofes naturales o antrópicas- y, en fin, ese largo etcétera que cualquier rotativo nos entrega para desayunar cada día de nuestra existencia, adobados además con los cambios que producen los vientos ideológicos y económicos del momento, tiene la sensación de haber vivido con anterioridad todo lo que nos cuentan, sobre todo si, como es el caso de quien firma esta columna, se sostiene sobre el esqueleto algo más de seis décadas de vida.

Pero, si a ese efecto de déjà vu, de haber visto lo que nos dicen, o, para ser más explícito, haber leído lo que nos cuentan, le sumamos la proliferación de las fake news, incentivadas hasta el paroxismo porque son una fuente de ingresos para las corporaciones que las controlan y por el uso colectivo de las redes sociales por la ciudadanía -instrumentos que han venido sin duda para quedarse y para enmarañarlo todo-, uno ha de preguntarse, sin remedio, en qué carajo de mundo vivimos realmente y por qué obscuras razones, quienes están obligados a darnos una educación acorde con los tiempos, que nos permita discernir en qué lugares se esconde la verdad y en cuáles otros las mentiras, no nos explican adecuadamente, no nos enseñan… a orientarnos en tal marasmo, y nos mantienen como bobos mirando la pantalla en donde se nos cuenta la Historia, tal que los observadores que Platón imaginó amarrados a una silla en La caverna.

En la novela Revolución, la última entrega del escritor malagueño Juan Francisco Ferré, el personaje principal de la misma se pregunta: "¿Qué es la realidad? O mejor dicho, para que lo entienda hasta un niño de pecho embelesado en brazos de su opulenta nodriza: ¿de qué realidad hablamos cuando hablamos de la realidad?". Pues, tan desorientados como el personaje de Ferré andamos, todos, en esta bacanal ideada y meticulosamente diseñada para confundirnos, y de cuyos entresijos, de cuyos laberintos y su forma de salir de ellos, sólo están enterados unos pocos que ni conocemos ni sabremos quienes son, jamás.

Y así estamos, viviendo en la inopia.

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