La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

¿Frenará Pedro la República?

No hay respaldo suficiente para cambiar la Constitución y liquidar la Monarquía: mucho depende del PSOE

La transformación de Juan Carlos de Borbón en fabricante al por mayor de republicanos ha reactivado las glándulas del crecimiento de todos los partidos políticos que, sin ocultarlo en ningún momento y de manera nada hipócrita o taimada, aspiran a derrocar la Monarquía y, con ella, el sistema democrático y constitucional, la unidad de España y el Estado de las Autonomías. Para sustituirlos por otra cosa.

Tal es la distopía por la que trabajan Bildu, ERC, Junts per Catalunya, Más País y algún otro. Sin rodeos y sin ambages. Lo nuevo en la política española es que estas ansias, posturas y proyectos ya no están en las bancadas secundarias ni pintorescas del Congreso. Ahora están en el Gobierno de la nación, gracias a Podemos, y forman parte de la mayoría parlamentaria que ha aprobado los Presupuestos del Estado, ya convertida en mayoría de la legislatura, y han cogido al vuelo el escándalo de Juan Carlos I con Hacienda, tan aparentemente beneficioso para su causa.

El portavoz de Unidas Podemos se ha apresurado a pedir un referéndum para que los españoles decidan entre Monarquía o República, y Tezanos se dispone a preguntar a los españoles al respecto. Para crear ambiente. Mi opinión es que los españoles distinguen bastante entre Juan Carlos y Felipe VI , estiman la labor del actual Rey y no son rabiosamente republicanos, sino pragmáticos y sensatos. El republicanismo militante es ruidoso, pero muy minoritario. En el Congreso los diputados que trabajan por la República apenas alcanzan el 20% del total. Salvo una revolución, por arriba, no hay respaldo parlamentario ni de lejos para cambiar la Constitución de 1978 e instaurar un régimen republicano (aparte del miedo que da pensar en quiénes podrían ser candidatos a presidente de la Tercera República, a derecha e izquierda).

Todo esto cambiaría radicalmente si el PSOE desempolvase, en plan aventura, su viejo espíritu republicano. Depende de un personaje tan poco fiable como Pedro Sánchez, del que se puede esperar cualquier cosa que le garantice el poder. Su actitud estos días ha sido impecable: las que se someten a la Justicia son las personas y no las instituciones, Felipe VI ha trasladado una imagen de transparencia y ejemplaridad y la Constitución debe ser defendida y será cumplida en toda España, de norte a sur y de este oeste, en todos sus artículos.

Puede ser que me columpie, pero yo en este asunto confío en Pedro Sánchez.

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