Visiones desde el Sur

Espejismo

Somos el hilo de una misma madeja, minuciosamente controlada por las manos que la sustentan

Al parecer, decía Epicteto que, "de no hablar sino cuando fuera preciso, raramente despegaríamos los labios". Pero, muchas cuestiones que tienen que ver con el entendimiento, se quedaron ancladas en el imaginario de un pretérito ideal, cuyas enseñanzas se fueron por las alcantarillas de la historia tal que las aguas residuales. Nunca como ahora, la humanidad fue engañada utilizando los mismos medios, los mismos soportes, los mismos criterios de una forma global para todos los pueblos y todas las sociedades, sean donde fueren los lugares del globo en que nazcan, se reproduzcan y fenezcan sus miembros.

Hoy en día, las voces de los oráculos, de los nuevos dioses, cuya verdad es indiscutible e indiscutida, nos llegan a casa empaquetadas en noticias que salen por televisores, aparatos de radio, ordenadores y teléfonos móviles.

Quienes han de realizar las labores de control no descansan en la tarea de impartir consignas, adoctrinamientos, así como cuáles han de ser nuestros comportamientos, para, de esta rotunda manera, controlar no sólo nuestros movimientos sino también nuestro pensamiento tanto individual como colectivo. Con esta estrategia, ya imaginada por Platón en La caverna, el resultado es el siguiente: nos colocan un señuelo, acudimos al reclamo, y caemos como el cervatillo lo hace ante las fauces de un león viejo.

Además, hemos olvidado pensar, meditar, reflexionar, estudiar…, pilares que siempre han sido la base del conocimiento. Decía Machado: "En mi soledad/ he visto cosas muy claras/ que no son verdad". Y, como las más de las veces, llevaba razón el maestro.

Cada vez más nítidamente, somos el hilo de una misma madeja, minuciosamente controlada por las manos que la sustentan, váyase usted a saber en qué infernales lugares.

Luego, hay una serie de lenguaraces voceros que parece que gobiernan, en un país u en otro, no importa, que han de someterse a las tablas de la ley del nuevo orden mundial: las multinacionales, en definitiva, los anónimos señores que controlan el dinero circulante.

Y no es que yo diga que los presidentes del Gobierno han de ser, o sean, unos alfeñiques, pero, prefiero quedarme con Pío Baroja, cuando dice: "En política (…) los discursos hueros hacen un gran efecto. El público se traga todo lo que le echen con tal de que sea serio. El que quiera aparecer como hombre importante debe defender una doctrina cualquiera con tesón y seriedad". Pues esto es lo que tenemos, un espejismo.

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