Pongámonos en el lugar de un visitante extranjero que pregunta en Barcelona a qué se debe la manifestación. Habría que explicarle que se trata de una protesta contra el presidente de gobierno, que pretende amnistiar a una serie de condenados por el Supremo por delito de sedición y malversación de fondos públicos, aunque previamente el presidente impulsó la desaparición del delito de sedición, y rebajó las penas al delito de malversación. Todo, porque y necesita los 7 votos de un prófugo de la Justicia para seguir gobernando. Con toda seguridad, el visitante se preguntaría qué país visita, porque la amnistía solo se contempla para los delitos contra una dictadura o una potencia colonizadora. La manifestación de Sociedad Civil Catalana fue un éxito, aunque no tuvo la asistencia de la que celebró en el 2017, con un Borrell que pronunció un discurso encendido reivindicando la españolidad de Cataluña. Ese día, su partido, el PSC-PSOE, ni mencionaba la posibilidad de una amnistía. La rechazaba de plano hasta las elecciones del 23-J que le permitían a Sánchez salvar su investidura si conseguía el apoyo de Puigdemont.

En el 2017, además de Borrell se manifestaron Iceta e Illa, ahora ausentes. Ayer domingo no había dirigentes del PSC ni del PSOE. En cuanto a Sumar, mejor ni mentarla, las maniobras de Yolanda Díaz para demostrar más afán amnistiador que nadie provocan bochorno.

El socialismo del PSOE de siempre estuvo representado por el ex alcalde de La Coruña, Paco Vázquez. Discurso vibrante, con frases que golpeaban como puños: “A los catalanes os quieren robar Cataluña”, o “Se quiere hacer Venezuela de España” La manifestación fue un éxito, pero no servirá para nada. Los sanchistas no se inmutan por las acusaciones de que aplican aquello que rechazaban, y que desde el Ejecutivo se desprecia al Poder Judicial, a los tribunales y a la Constitución. Con especial inquina hacia el Rey y la Corona. Este fin de semana Sánchez excusó su presencia en el acto de jura de la bandera de la Princesa de Asturias porque tenía un mitin. Excusa ridícula, por no decir insultante. Se muestra gélido, inalterable, ante cualquier tipo de crítica, y ese espíritu lo ha transmitido a sus compañeros. Mientras se celebraba la manifestación, Illa participaba en un acto arremetiendo contra el PP por la asistencia a la cita con SCC. Y lo equiparaba con Vox, por supuesto.

Sánchez esgrime permanentemente las palabras convivencia y generosidad, sin asumir que la convivencia la rompieron sus socios, los que le ofrecen sus votos a cambio de que desaparezcan de los registros judiciales, la igualdad de todos los españoles ante la ley y pretenden imponer sus políticas inconstitucionales y excluyentes. Ayer centenares de miles de catalanes demostraron que rechazan la amnistía y el referéndum, pero son tan catalanes como el que más.

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