Visiones desde el Sur

Azucarillos

La acción del gobierno de coalición ha sido providencial y mesurada según los organismos

No es fácil pronunciarse en ciertas materias, cuando, en España, lo que se ha dado en llamar las fuerzas progresistas, tienen tal guirigay y tal indefinición en sus postulados, que, ni ellos mismos se ponen de acuerdo, no sólo en cuestiones sustantivas que no deberían estar en entredicho en partidos que se denominan de izquierda, sino, también, porque, pasadas las excusas esgrimidas por el colador, y decantadas la zurrapas, lo que queda, lo que hay en el fondo, para asombro de la ciudadanía, son cuáles nombres y en qué sitios de unas listas provinciales determinadas, de cara a las próximas elecciones generales, van fulanito o menganita. Nada fácil.

Un verdadero disparate que atenta contra cualquier tipo de decoro, y también pudiera emparentar en algunos casos, con la falta de vergüenza, aunque algunos enconados puedan verlo de otra manera -cuestión que, de antemano, respeto, porque en esta vida cada cual puede hacer con su capa el sayo que le parezca oportuno o vea necesario-.

No voy a poner en duda de que el gobierno existente en esta legislatura ha realizado muchas cosas que han paliado los efectos perniciosos de diversas contingencias que venían mal dadas. No seré yo el que lo haga. La acción del gobierno de coalición ha sido providencial y mesurada, y la tal cosa no es que la diga yo, lo manifiestan todos los organismos internacionales cuando analizan la situación de España respecto a otros países europeos o del resto del orbe.

Pero, dicho lo preliminar, toca expresar, que, si esos mismos partidos, en el día de hoy -incluyendo al PSOE y al recién nacido Sumar-, no son capaces de conformar un frente ideológico y programático fuerte, y presentarse ante el electorado el próximo 23 de julio, sin más dimes y diretes, como unas opciones atrayentes y sólidas, llenas de esperanza y generadoras de ilusión, la tendencia al alza de los partidos conservadores que hemos comprobado en las municipales y autonómicas, además de la propensión existente en el mundo hacia un desconocido neoliberalismo que incluye en sus proclamas la restricción de derechos, se llevará por delante los avances sociales, laborales, salariales y educacionales; la subida de las pensiones; el tope al gas; los impuestos a las entidades financieras y a las empresas del sector energético; además de los progresos en otros muchas espacios conseguidos en esta legislatura. Lo anterior, se diluirá como un azucarillo: sin dejar rastro alguno.

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