La otra orilla

javier rodríguez

Alcalaboza Viva

Si nos prometen empleo y encima nos dicen que con ese empleo estamos contribuyendo a la transición ecológica puede que ni preguntemos más, nos echaremos en brazos de quien hace la promesa y ya está. Ya hemos dicho en La Otra Orilla que el cambio de un modelo energético dependiente del carbono por un modelo energético basado en las renovables requiere de ingentes cantidades de metales críticos y tierras raras, ya hemos dicho también, además hace poco, que lo del hidrógeno verde tiene todavía muchas lagunas, entre otras cosas porque requiere grandes cantidades de algo de lo que no parece que estemos sobrados: agua. En todo caso parece que está servida la paradoja de que para lograr esa transición hacia una energía limpia tendremos primero que producir mucha energía fósil.

Pero centrémonos en lo de los metales, las tierras... y en los proyectos que nos prometen mucho empleo y, encima, verde. Sabemos de la riqueza minera que históricamente ha tenido esta provincia y no es de extrañar que la mirada de los buscadores de oro -o de litio, o de cobre o de cualquier otro material que se necesite para circuitos electrónicos, instalaciones de generación o de transporte de electricidad- se pose en el mapa de Huelva y se plantee la posibilidad de abrir o reabrir minas en nuestra Cuenca Minera, pero también en el Andévalo o la Sierra. Estos proyectos han sido recibidos, en la mayoría de los casos, con los brazos abiertos de la ciudadanía y las corporaciones municipales, sin embargo no debiéramos dejarnos deslumbrar por las cifras de empleo y dinero que pueden traer, sin antes analizar bien las consecuencias que puede tener abrir una mina en según qué sitio.

Eso es lo que han hecho -analizar las consecuencias- los miembros de la Plataforma Alcalaboza Viva ante al proyecto minero Valdegrama, que afecta a 2.000 hectáreas del Parque Natural de la Sierra de Huelva, en los municipios de Almonaster, Aroche y Cortegana, pero que pone en peligro no sólo un entorno especialmente protegido por su riqueza natural, no sólo esa dehesa que es la base para la elaboración de nuestro famoso jamón, si no que puede llegar a comprometer todos los recursos hídricos de la provincia y hagan ustedes el cálculo, si sólo les interesan los billetes puede que no les importe quedarse sin agua para beber, pero ¿qué agua daremos a los turistas que pretendemos traer y con qué agua regaremos nuestros campos?

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