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El pasado viernes por la noche nos golpeaba a todos la terrible noticia de la pérdida de una de las personas que ha sido y es un referente indiscutible de profesionalidad y, sobre todo, de calidad y calidez humana: Ana Vives.
En ese momento se me vino al recuerdo una de las últimas veces que tuve la suerte de estar con ella, cuando acudí a verla a su casa, dónde pudimos compartir un rato muy agradable de charla y de risas en el que me volvió a sorprender enormemente su entereza, su alegría y su actitud ante la vida.
Por eso me resulta muy difícil escribir hoy estas palabras en su recuerdo cuando aún no nos ha dado tiempo a asimilar y ser conscientes de su ausencia, tan injusta y dolorosa. Injusta por su juventud y su valentía serena pero arrolladora, incluso para enfrentar su enfermedad, dándonos a todos una lección de dignidad y de ganas de vivir. Dolorosa porque a Ana era imposible no quererla y ahora nos deja huérfanos de su alegría, de su honestidad y de sus valores, como su agudo sentido de la justicia, tan escasos hoy en día.
Las dos nos estrenamos a la vez hace dos años en nuestras respectivas responsabilidades: yo como presidenta de la Autoridad Portuaria de Huelva y ella como directora del Huelva Información. Y tengo que decir que durante todo este tiempo Ana lo ha hecho todo muy fácil y desde la Autoridad Portuaria le estamos muy agradecidos. De hecho, nuestro equipo de profesionales me ha pedido que traslade a sus familiares y amigos el cariño y la admiración que todos sentimos por ella.
Como profesional no tengo más que estar de acuerdo con todo lo que se ha dicho de ella y que avalan los diferentes reconocimientos que ha tenido a lo largo de su carrera. Con su aguda inteligencia nos ha regalado siempre una visión de la actualidad profunda, objetiva y honesta, sin dejarse llevar nunca por intereses de ninguna clase, fiel a su vocación periodística y convencida de la función social del periodismo.
En definitiva, se nos va una mujer grande, una dama del periodismo, como titulaba muy acertadamente el medio del que fue directora estos años, Huelva Información, y nos quedamos desolados. Pero tal y como a ella le hubiera gustado, seguimos adelante, con su recuerdo pero, sobre todo, con su lección de vida. Querida Ana, descansa en paz.
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