Yo tengo clavada en la conciencia desde mi infancia, la visión sombría del jornalero. Yo he visto pasear su hambre por las calles del pueblo, confundiendo su agonía con la agonía triste de las tardes invernales". Solo el que se ha criado en el campo es capaz de entender la pausa de la tierra labrada. El sol abrasante que cae a principios de la tarde. La falta de agua en el ejercicio incesante de la recolecta. Solo el que ha respirado campo es capaz de retener en su memoria las imágenes de los hombres y mujeres que siempre miran a la tierra, perfectamente ordenados. Con la curvatura necesaria para acceder a sus frutos. Nada ha cambiado desde esta frase que pertenece a Blas Infante, padre de la patria andaluza. Porque el avance lo hacen los hombres como él quiso hacer ver a sus paisanos. Andaluces, levantáos, porque solo de este modo ampliaréis los horizontes que os han sido vetado por vuestra clase. Andaluces, levantáos para ver en esa tierra que tanto os ama los errores y dolencias de las que se aqueja. Andaluces, levantáos para cuestionaros por qué todo sigue inalterable por los siglos de los siglos y amén, sin que nadie mueva un dedo por vuestros derechos. Levantáos para ver la luz que os inunda, la tierra fértil, la oportunidad que os espera. Levantáos para hacer que vuestro pensamiento crítico renazca y reclame lo que es suyo.

"Tú tienes que escribir de la gente del campo", me dice siempre mi padre. "¿Y eso por qué?" "Porque tú tienes la oportunidad de hacerlo". Benditos tarados que, aun sin tocarle, abrieron caminos. Bendito avance a favor de la tolerancia y la igualdad. Benditas ideas que por revolucionarias aún siguen escociendo tanto como el mismo día en el que se dijeron. Lo que nos demuestra en qué punto exacto nos encontramos. Benditas oportunidades que hicieron que alguien de campo un día como hoy pueda escribir en un diario como este.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios