Un helicóptero, un rescate, un tren a toda velocidad, munición infinita y explosiones. Así arranca Los Mercenarios 3, la última entrega de la saga que ha conseguido reunir a las viejas glorias del cine de acción bajo un solo título y la batuta de Sylvester Stallone. Se cae de esta trilogía Bruce Willis, al parecer por falta de acuerdo económico, pero se suman Wesley Snipes, Harrison Ford y una remesa de jóvenes promesas que garantizan tantas partes de esta producción como la taquilla lo permita. Otro de los recién incorporados es Antonio Banderas, que ejerció ayer de anfitrión en el Festival Starlite de Marbella (donde volverá a presentar en unos días la gala solidaria del certamen) para presentar el largometraje junto a otros cuatro protagonistas: Jason Statham, Kellan Lutz y los citados Wesley Snipes y Sylvester Stallone.

Entre los canteranos de los mamporros se encuentra Kellan Lutz, que deja Crepúsculo para sumarse al equipo de Stallone como parte del grupo de nuevos reclutas al frente de una misión suicida contra un malo malísimo al que encarna Mel Gibson. Banderas da vida a un ex legionario ansioso por sumarse al grupo y que arrastra tras de sí una trágica historia a la que hace frente con una verborrea capaz de sacar de quicio al más musculado. Con El novio de la muerte incluido (la interpretación del himno de la Legión en la película causará el seguro furor de una notable cuota de los espectadores en España), Banderas pasea su origen por una producción en la que todo parece indicar que volverá a incluirse su nombre de cara a futuras entregas.

Durante la rueda de prensa ofrecida ayer en Marbella tras la premiere, Banderas explicó que el productor le dio el papel elaborado al 10% "para que incluyera lo que quisiera, por lo que construí a un personaje con un carácter cómico que utiliza el humor para huir de su pasado". "He improvisado y los he vuelto loco con mis speeches", reconoció.

El tirón de Antonio Banderas en Marbella quedó así notablemente reforzado en virtud de sus camaradas. Y Stallone se mostró bastante elocuente al respecto "nos encanta estar aquí, porque nunca habíamos venido, la comida es maravillosa, el sol brilla y las mujeres son preciosas".

Tanto Snipes, como Statham, Lutz, Stallone y Banderas forman parte en Los Mercenarios 3 del bando de los buenos. "Todos tenemos un lado oscuro y no es la primera vez que nos matamos en el cine, pero nadie quiere ser el malo porque si mueren no podrán salir en la próxima", señaló Stallone, no menos explícito. Respecto a la lucha de egos ante un reparto con nombres tan destacados, el intérprete de Rocky y Rambo aseguró que "con 15 hombres juntos siempre hay competición. La clave es que tienen que tener algo interesante que hacer. A Antonio le di un personaje construido con muy poco para que él hiciera lo que quisiera e igual con el resto. Tienen que estar cómodos y ser lo que son".

Y eso es lo que encontrarán los espectadores que vayan al cine a partir del próximo 14 de agosto: a un Stallone infatigable, un Schwarzeneger sin escenas de demasiada acción puro en mano y metralleta en ristre a bordo de un helicóptero, un Jason Statham al que no le tiembla el pulso y un Wesley Snipes que también se aleja mucho de lo que era en Blade, pero que se afeita con un cuchillo de metro y medio: todo un tipo duro.

El punto femenino guerrero lo pone Ronda Rousey, uno de los nuevos fichajes del grupo, que reparte en la cinta como el que más y que viene a afianzarse entre las juventudes mercenariashollywoodienses. Fuera de la pantalla, Stallone, Statham, Snipes, Lutz y Banderas se mostraron ayer afables, cercanos y bromistas con la prensa. Próximamente continuarán con la gira europea de promoción que ha tenido su parada nacional en Marbella.