Cultura

Un fardo de cocaína

Fariña

Nacho Carretero. Libros del KO. Madrid, 2015. 368 páginas. 18,90 euros

Nacho Carretero (La Coruña, 1981) era todavía un niño cuando el juez Baltasar Garzón se bajó del helicóptero, gabardina al viento, en el pazo de Baión, el símbolo más ostentoso del narcotráfico gallego desde que lo compró Laureano Oubiña. La operación Nécora marcó a aquel niño, que se hizo periodista y decidió contar, un cuarto de siglo después, la historia del narcotráfico gallego. Lo hizo en un libro que se llama Fariña como se podría haber llamado Farlopa, merca, perico o directamente Cocaína, y que está maravillosamente editado por Libros del K.O., ese sello que se lo ha jugado todo por la no ficción y se supera obra tras obra, reportaje tras reportaje.

Sin que descubra nada nuevo, Carretero traza un entretenido retrato de los narcos de las Rías Bajas y lo mezcla con el testimonio de policías, guardias civiles, jueces, arrepentidos, yonquis, ex yonquis y madres que perdieron a sus hijos yonquis. A quienes vieron el espléndido documental Marea Blanca, aquel en el que se contaba la historia de un equipo de fútbol llamado Dejadnos vivir, les sonará de algo la historia.

Si les gustó la película, el libro les atrapará. Carretero aporta infinidad de datos y de nombres, tantos que uno se pierde a veces, y traza una evolución del narcotráfico gallego desde que unos tipos pasaban tabaco y se asociaron con unos colombianos para meter droga hasta hoy, cuando los grandes clanes dieron paso a los pilotos de planeadoras. El libro recuerda mucho a Crónicas de la mafia, de Íñigo Domínguez y de la misma editorial. Aquí hay menos muertos, pero más droga. Tanta que la misma portada del libro es un fardo de cocaína.

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