Crítica de Cine

La fábrica de sueños

'¡ave, césar!'

Cines Aqualon Puerto Huelva, CineVip Lepe y Cines Artesiete Holea Huelva.- Producción: Estados Unidos, 2015.- T.O.: 'Hail, Caesar!'.- Duración: 102 minutos.- Dirección y guión: Joel Coen y Ethan Coen.- Fotografía: Robert A. Deakins.- Música: Carter Burwell.- Montaje: Roderick Jaynes.- Intérpretes: Josh Brolin, George Clooney, Alden Ehrenreich, Ralph Fiennes, Jonah Hill, Scarlet Johansson, Chaninng Tatum, Frances McDormand, Christopher Lambert, Tilda Swinton, Clancy Brown, Heather Gondenhersh, Julian Armenante

De los hermanos Coen, cinematográficamente hablando, uno se puede fiar. Desde Muerte entre las flores (1990), un título ya inolvidable, un hito en el moderno cine negro estadounidense, no han decepcionado nunca. En esta película que hoy consideramos, imagino que los cinéfilos se habrán divertido tanto como los directores y guionistas lo han hecho rodándola. El cine de Hollywood, tantas veces crítico consigo mismo, en esta ocasión vapulea su entraña más genuina. Pero a la vez que es una parodia o burla de su sistema es también toda una apología de esa fabulosa fábrica de sueños que es la cinematografía de la Meca del Cine que, según se dice más de una vez "hace películas para que disfrute una sufrida humanidad". Poco más o menos. Todos los géneros clásicos del cine de Estados Unidos se exaltan a la vez que se ridiculizan en muchos de sus aspectos y en muchos de sus artífices. No es la primera vez que los Coen lo hacen, recuerden la inefable Barton Fink (1991). Esta mordaz y corrosiva, pero nostálgicamente elogiosa, visión del cine de los años cuarenta o cincuenta, con claras reminiscencias anteriores, se inicia con una confesión del protagonista, un excepcional Josh Brolin, cuya mayor culpa parece ser que engaña a su mujer… fumando demasiado. El infatigable Eddie Mannix, jefe de producción de uno de los más poderosos estudios cinematográficos, que rueda varias películas al mismo tiempo, es más bien un ejecutivo todo terreno, el hombre-solución para todo y que, además, hace el trabajo sucio si es necesario. Entre otros problemas el más grave es el provocado por el secuestro de la principal estrella de la productora, Baird Whitlock, un afamado galán, casquivano y mujeriego, que rueda una gran producción, Ave, César!. Como en Ben Hur (1959), un relato de los tiempos de Cristo. La comedia negra y sarcástica que pone en solfa el glamour de Hollywood, sus implicaciones políticas, sociales y religiosas, abunda en una serie de acontecimientos que animan la intriga desenfadada y el ingenio más incisivo y caricaturesco.

Indudablemente, quienes más disfrutarán serán los más versados en cine, que advertirán mejor las claves satíricas de cuanto se cuenta en tan desenvueltas y desconcertantes tramas para glosar una época gloriosa del cine de Hollywood. Sus luces y sus sombras, sus momentos estelares y sus sórdidos escándalos, la otra cara de una feria de vanidades que deslumbra con su esplendor, el lado oscuro y escabroso de la estrellas y su mundo. Con esas figuras sarcásticas de las agresivas cotorronas -implacables críticas de las revistas de la época- a las que en un doble personaje interpreta extraordinariamente Tilda Swinton. Sirva ella como ejemplo de la perspicaz agudeza de la película y de las estupendas actuaciones de sus intérpretes en un brillante reparto donde destacan el ya mencionado Josh Brolin, George Clooney, Ralph Fiennes, Scarlett Johanson, Channing Tatum y el resto de un buen plantel de secundarios. Puede parecer algo incoherente en su estructura narrativa y tal vez una obra menor en la excepcional filmografía de los Coen, pero es mucho mejor que cualquier comedia al uso y en cartelera.

Quiroga

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