Cada madrugada del sábado al domingo del mes de octubre -esta noche será la primera velada de una de las celebraciones más singulares de Zalamea la Real-, un grupo de voces masculinas acompañadas de guitarras, laudes, violines y esquila recorren en cada jornada las calles y plazas de la localidad, entonando coplas dedicadas a la Virgen María en su advocación del Rosario.

Las primeras referencias sobre esta celebración se encuentran en los primeros años del siglo XVII. El 17 de abril de 1605 se funda en Zalamea la Cofradía del Santo Rosario, extendiéndose su devoción por los territorios y aldeas zalameñas de la época como Riotinto, El Villar o El Madroño. En 1719, Juan Moreno de los Reyes, presbítero de la iglesia de Zalamea funda el Patronato de Nuestra Señora del Rosario cuyas reglas recogía la celebración de la eucaristía al alba acompañada de cánticos.

A partir ya del XIX los cortejos de El Rosario se singularizan, creándose un tipo de coplas muy características, que son comunes en muchos lugares, salvo las lógicas y oportunas variaciones en la letra y música.