Toros

Toros Colombinas: Lo que el viento se llevó

  • Una corrida muy venida a menos impide el lucimiento de la terna.

  • Emilio Silvera tomó la alternativa de manos de Sebastián Castella.

  • Pablo Aguado arrancó a base de mucho temple una meritoria oreja al tercero de la tarde

David de Miranda sustituye a Morante hoy en Huelva con la de Juan Pedro. Ese fue el comentario con el que toda la plaza se entretuvo a falta de tensión en el ruedo: la entrada del torero triguereño en sustitución del sevillano quien no se ha visto totalmente recuperado de su lesión.Parado el toro de la sustitución déjenme que les desgrane lo mejor posible una tarde donde los más justo es que el destino le hubiese dejado expresarse frente a un toro a Emilio Silvera el día de su alternativa. Algo que no impidió ver a un torero preparado y dispuesto ante el toro. Por pedir, que la Puerta Grande le hubiese hecho honores de poner marco a un triunfo. Era lo que más se esperaba pero no es posible porque su lote y otros más en la tarde no prestaron más posibilidades que el sacar a pasear la voluntad ante lo que había delante.Si a la quinta estrofa se ha cansado usted de leerme, créame que le entiendo. Abandone. Por mí no lo haga. Porque son las horas que son tengo un montón de líneas por rematar y no les quiero cansar con lo que fue una corrida aburrida, tediosa aunque rápida en el tiempo y venida a derrumbarse porque fallaron los toros de Albarreal. Los toros de una impecable presentación, el hierro de recuerdo de tardes gratas pero que ayer no funcionó y abonó al desaire una tarde que se esperaba bonita con esa alternativa del onubense doctorándose de manos de Sebastián Castella y con Aguado de testigo.Andaba el reloj marcando las y ocho y dieciséis minutos cuando el francés le cedía al toricantano la lidia de Decorado, de capa negra marcado con el numero 70 en el costillar y nacido en abril del 19. Esos son los datos del ejemplar de Albarreal con el que Silvera se hizo matador de toros en La Merced.Emilio se quedó sin toro a las primeras de cambio. Lidia sin más argumentos que el intento de abordar faena por ambos pitones. La acometividad de salida y capote se había menguado totalmente. Por ahondar más en la debacle tampoco Emilio estuvo fino con el verduguillo.Que fallara Castella con los aceros iba siendo ya el cúlmen del padecimiento. Dos faenas de dos, romas de brillo. Demasiado porcentaje para hacerse creyente. Sin embargo, ovejas díscolas nosotros, a la tarde se le apareció Aguado lanceando con esa cadencia tan singular como emotiva. Tirando flojito del toro, el sevillano aspiraba al recuerdo de aquella tarde brillante frente a otro Albarreal. Un buchito de verónicas cadenciosas y una media llena de tersura y suavidad calmó momentáneamente la sed al tendido.Aguado decodificó la calidad que el tercero traía cogida con alfileres, sí, pero calidad y le trajo aire a la tarde cuando metió el estoque en esa estocada rotunda que derribó a ese primer oponente. Oreja en el marcador para Aguado. Castella dijo eso de vamonos que nos vamos y el picador dejó señalado ese breve instante de encuentro con el morrillo.A veces Sabina canta cosas que tienen su miga pero lo cierto es que la lidia duró lo que duran dos trozos de hielo en un wisky on the rock y Castella se quedó otra vez compuesto y sin pareja de baile. Mató de un soberbio volapié y saludó desde el tercio.Un buen puyazo se llevó el quinto. Un animal con más fuelle que sus hermanos. Ilusionó, ¡que quieren que les diga!. Ilusionó.La faena tuvo tintes ariscos mientras Aguado lo intentaba por ambos pitones sin llegar a desenredar completamente un trasteo sin profundidad ni alma ante tan poco material.Tampoco fue el sexto. Silvera aportó decisión en unas verónicas que tuvieron buen trazo. De ahí a la nada en la muleta. De la nada, a intentarlo por ambos pitones ante un toro ya estático. Digno al menos como matador de toros sin que le pesara demasiado este primer encuentro con el cuatreño frente a frente.

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