Cultura

Terror en las aulas

CineBox Aqualon Puerto Huelva.- T.O.: "Imago mortis".- Producción: Italia, España e Irlanda 2008.- Duración: 109 minutos.- Dirección: Stefano Bessoni.- Guión: Stefano Bessoni y Luis Alejandro Berdejo con la colaboración de Marcello Paolillo, Giulia Blasi y Richard Stanley basado en la idea de Stefano Bessoni, Giulia Graglia, Filippo Meneghetti, Antonio Marchesi y Piero Tomaselli.- Fotografía: Arnaldo Catinari.- Música: Zacarías M. de la Riva.- Montaje: Raimondo Aiello.- Intérpretes: Alberto Amarilla, Oona Chaplin, Leticia Dolera, Francesco Carnelotti, Geraldine Chaplin, Álex Angulo, Silvia de Santis, Paolo da Vita.

Si se molestan ustedes en consultar la ficha técnica de esta película, comprobarán que hay en la autoría del guión nueve personas, entre ellas el director, que se reparten la titularidad de ese guión, la colaboración y la idea original, de acuerdo con las tres nacionalidades que intervienen en la producción o coproducción, mejor dicho, de Imago mortis.

Esta película pretende una cercana invocación a la afortunada narrativa en el género de terror de italianos ilustres como Mario Bava y Ricardo Freda, pero propende más bien a ese cine de terror juvenil y sus variantes, tan usado y deteriorado por la cinematografía norteamericana, y que ahora imita en muchos casos el cine europeo y particularmente el cine español en función de su comercialidad. Recientes están los casos de El orfanato (2007), de Juan Antonio Bayona y la tan dilatada serie televisiva El internado, de reiterativa permanencia intermitente en la pequeña pantalla. En todo caso residencias estudiantiles, orfanatos, centros colegiales y terror siguen siendo asuntos recurrentes.

El director Stefano Bessoni, conocido ilustrador y dibujante, se ha valido de sus habilidades profesionales para combinar una especie de realidad y fantasía, de obsesiva claustrofobia y continuos recovecos de terror a través de una historia que se desarrolla entre el siglo XVII y la actualidad. Entonces un científico descubrió la tanatografía, procedimiento que permitía reproducir la última imagen que había quedado fijada en la retina humana, extrayendo sus globos oculares. Por su parte Bruno, que cursa estudios en la Escuela Internacional de Cine Murnau, para hacerse director, se enfrenta con sus compañeros al temido profesor Gustav Olinsk, apodado Caligari por su afición a la cinematografía expresionista. En sus obsesivos estudios el protagonista comienza a sentir extrañas visiones y lleva adelante unos descubrimientos que le permitirán conocer a unos personajes con los que llegará a complicarse en una enmarañada trama del pasado.

El debutante Stefano Bessoni, responsable en buena parte, tanto en la idea como en el propio guión, de esta intrincada historia, ha utilizado los elementos que en principio se inspiran en un terror clásico y de muy arraigada personalidad y en otros que la relacionan con los conceptos más usuales y puede que más triviales del cine de terror. Esas características, mezcladas con la fantasía, que en este caso relacionan el género con unos principios bastante olvidados resultan válidos cuando se desempolvan con inteligencia e imaginación. No es del todo el caso de Stefano Bessoni que no ha llegado a redondear con pleno acierto esta complejidad de fantasías, personajes, historias siniestras y situaciones que enmarañan los extraños sucesos que ilustran esta intriga.

En fin un relato terrorífico de ámbito claustrofóbico en el que se mueven con desigual fortuna en sus actuaciones intérpretes de diversas nacionalidades y donde destacan los españoles Alberto Amarilla, en un cometido muy diferente al que le veíamos hace poco tiempo en Fuga de cerebros, Leticia Dolera y Alex Angulo, junto a la muy prolífica Geraldine Chaplin y su hija Oona Chaplin, felices continuadoras del arte interpretativo de su padre y abuelo respectivamente. En suma ese cine de terror que no cesa y que no deja de estar presente en las carteleras. Su fortuna depende de quien maneje los hilos de sus habituales tramas complejas y, por lo general, más efectistas que efectivas. Como es el caso.

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