El dramaturgo José Ramón Fernández (1962) fue galardonado ayer con el Premio Nacional de Literatura Dramática por su obra La colmena científica o El café de Negrín, un "proyecto muy mimado" en el que "pone en valor" lo que fue "el proyecto de país" representado por la Residencia de Estudiantes. Con este premio, cuyo jurado ha estado presidido por el director general del Libro, Archivos y Bibliotecas, Rogelio Blanco, el Ministerio de Cultura distingue una obra de autor español escrita en cualquiera de las lenguas oficiales del Estado y editada en España durante 2010. "Es una gran alegría, pero es estupendo, sobre todo, por el proyecto que se premia", señaló el galardonado, a bordo de un autobús "por la Bretaña" francesa, donde se está representando Nina, con la que ganó el Lope de Vega en 2003, se hará la semana que viene la primera lectura pública de su obra Babilonia y se estrenará, en París en abril, La Tierra. Y en Francia será donde la semana próxima terminará la gira de La colmena científica, en el Festival Don Quijote de París.

La obra, estrenada, con dirección de Ernesto Caballero, en octubre del año pasado como encargo del Centro Dramático Nacional (CDN) para conmemorar el centenario de la Residencia de Estudiantes, se centra en el laboratorio de Fisiología de esa institución y en la anécdota de que su director, Juan Negrín, hacía café y a su alrededor se organizaba una tertulia. Uno de los objetivos de Fernández era contar que la Residencia era "mucho más" que Lorca, Buñuel o Dalí, y mostrar que quienes estudiaban allí "experimentaban con lo de todos y vivían una fiesta gozosa y creativa".

"Es estupendo todo lo que he crecido y aprendido con esta obra -que se representará este fin de semana en la Universidad Carlos III de Madrid- y encima me dan un premio", se ríe Fernández, que bromea con que va a tener que destinar buena parte de los 20.000 euros con los que está dotado el premio a pagar el roaming de las "muchísimas" llamadas que estuvo recibiendo ayer. El comisario del centenario de la Residencia, José García Velasco, aseguró ayer al autor que todos en la institución están "felices" porque "mimaron muchísimo el proyecto", con el que han vivido "momentos tan hermosos y emocionantes" como el ensayo al que asistieron los descendientes de los personajes retratados.

Fernández prepara para el año que viene una pieza de teatro que complementa la exposición de tres siglos de Biblioteca Nacional, El libro infinito; además del estreno en el festival de Almagro de Yo soy Don Quijote de la Mancha con Pepe Sacristán y Mi piedra roseta, que dirigirá David Ojea "y que es de esas cosas que dices a ver si me sale bien o como siempre", bromea de nuevo. Licenciado en Filología por la Universidad Complutense de Madrid y miembro del Centro de Documentación Teatral del ministerio de Cultura, Fernández comenzó su carrera literaria en el campo de la narrativa, para dedicarse posteriormente a la escritura teatral. El premiado, que imparte cursos de escritura dramática en el Laboratorio William Layton de Madrid y es miembro fundacional de Teatro El Astillero, ha escrito, entre otras, Para quemar la memoria (1993, Premio Calderón de la Barca), El silencio de las estaciones (1995), La tierra (1998), Nina y Las mujeres fragantes (2007).