Cultura

Latitudes, la tournée

María Pérez Mateo

Últimamente me ha dado por el francés (con perdón). Tras visitar la action dèjá vu de Monsieur Démolition en el edificio de la plaza de las Monjas (que la diosa Piqueta lo tenga en su gloria), me hice una tournée cultural por la Huelva de los viernes por la tarde. Viajemos rac-á-rac.

Objetivo: Latitudes, el magnífico festival fotográfico del incansable José Luis Ruiz. Comencé por el Museo. Me alegré ver movimiento. Qué bien, pensé, un viernes y el personal de Huelva en vez de ir a la oferta 48 horas del Corte Inglés prefiere cultura de primera línea. Mi gozo, en un pozo. El movimiento se debía a que inauguraban la cuarta muestra de Latitudes, la dedicada al bendecido Robert Capa. Ya saben, autoridades, fotos, si cae un canapé…

Me encanta. Tres bedeles nos aguardan. Por un acto instintivo, en vez de dos tiques, cuatro. Al devolverle la mitad me piden perdón. Creían que los niños venían. "¿Cómo van a venir, espeté, hoy es fiesta gracias al Día de Andalucía? Y mañana, y el domingo y el lunes". Si la Junta supiera lo que cuesta una nurse no cerraría con tanta alegría los colegios. Y si Hacienda al menos desgravara… Rien du tout para las creadoras de empleo.

Primera Exposición. Los nuevos caprichos, de Yasumasa Morimura. Una recreación del mundo de Goya. Hay artistas que no saben guiñar o de tanto guiñar no saben cómo guiñar. Picasso inventó tantos guiños que se convirtieron en movimientos. En religión. Voy a conquistar amigos. La fotografía cuando se retuerce como arte complemento de otras se pierde. En Morimura, Goya es pretexto explicativo. No un texto creativo. Todo ello, adobado por un formato excesivo en una sala claustrofóbica de luz cansina.

Segunda Exposición. Emilio Morenatti y su Palestina-Afganistán. Compromiso. Fotoperiodismo incandescente. Lástima que el montaje sea tan caótico, tan atosigante. Miedo al vacío. Lástima que esas niñas de mirada limpia o esos malditos burkas no se puedan contemplar en toda su grandeza. Un consejo. Una exposición se piensa al milímetro. Si hay que quitar piezas, no pasa nada. Aire, aire, aire. Y a disfrutar.

Tercera Exposición. La visión del otro. La modernidad en el rostro del fotografiado. Grandes autores, rostros conocidos. Un libro a la historia de la fotografía. En la sala había cuatro señores que repasaban sus vidas. Eran cuatro rostros más. Una historia perdida de Huelva que se encontraba.

Huyendo de saludos y abrazos que podía provocar la inauguración de la exposición del compañero Capa, marchamos a la Casa Colón. Me pregunto si con eso del arreglo del escenario del Palacio de Congreso le quedará un poco de pintura y masilla al Ayuntamiento para maquillar sus impresentables ¿salas? de exposiciones.

Primera Exposición: Etiopía, de Juan Castro Prieto. Magnífica. Pero… erramos en lo mismo. Demasiado cuerpo/formato para tan escaso espacio. No disfruto. Es imposible. Los desperfectos del inmueble afín al tema. Pensé, sinceramente, si el comisario había fundido la dejadez de las instalaciones con la realidad de tan pobre y lastrado país africano.

Segunda Exposición. 2000-2005, de Chema Madoz. Sencillamente maravillosa. Creación artística en estado puro. Fotógrafo, en clave surrealista, inteligente, subversivo y absurdo. Es lo que parece, aunque creamos lo contrario. La apariencia, es la realidad. Por ello, a fuerza de insistir, una duda hiriente. Una contrapuerta en los lienzos expositivos, entreabierta, pensé que era parte de las metáforas engañabobos de Madoz. Para saborearla con tranquilidad. Y seguir pensando. Una delicia.

Tercera Exposición. Y el muro cayó, de Nobert Enker. Realidad directa. Rápida. El ojo del momento. Ese ojo puede ser tuyo. De cualquiera. El silencio del pueblo. He leído últimamente Las cosas que no nos dijimos, de Marc Levi. Recordé lo que fueron esos días. Libertad. Memoria histórica. Los que fueron comunistas son hoy ecologistas. En Cuba ha muerto (han matado a) un hombre. Quería hablar. Eso no es bueno. Los puros callan. Y los que hablan son fascistas. Me ha defraudado el muro de Enker. Frío como la RDA.

Continuamos la tournée. 19,55 horas. Plaza de las Monjas. Saludamos a la piqueta. Educada, como siempre. Cartel de Latitudes colgado de la fachada (reconstruida) del Hotel París. Séptima del día. Mi gozo en un pozo (segunda parte). Cerrada. 8 fotógrafos, 4 continentes tiene que esperar.

Enfilamos Méndez Núñez. ¿Por qué Huelva está muerta un viernes por la tarde? Destino: Fundación Cajasol. Nuevo Paisaje, de Yao Lu. La sala, como la calle. Cèla ne fair rien. La cultura no importa. Lu, escombros para componer paisajes tradicionales chinos. La modernidad en la tradición.

En breve me perderé con Capa y Doisneau. No todo es miliciano caído y un beso por la paz.

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