Cultura

Hallado un original de la última novela de Gómez de la Serna en el fondo de Garfias

  • 'Piso bajo', con correcciones manuscritas del autor, se expone en el Archivo Histórico de Moguer como Documento del Mes

El rico fondo documental que el poeta moguereño y Premio Nacional de Literatura, Francisco Garfias, cedió en su día al Ayuntamiento de Moguer ha sido objeto de un importante hallazgo. En este legado -clasificado y descrito por el director del Archivo Histórico de Moguer, Diego Ropero-Regido- está el original (mecanografiado con anotaciones manuscritas) de la novela Piso bajo del prolífico escritor y periodista Ramón Gómez de la Serna (Madrid, 1888-Buenos Aires, 1963), que fue presentado el pasado lunes en la institución cultural moguereña.

Se trata de la última novela que el propio autor envió en 1958 desde Buenos Aires, donde residió desde 1939, a su amigo, político y diplomático Eduardo Aunós, director de la editorialElGrifón, según se deduce por el destinatario del envoltorio. Se trata de un interesante descubrimiento para los estudiosos de la obra de Ramón Gómez de la Serna, y novedoso por tratarse de su última novela.

El alcalde de Moguer, Gustavo Cuéllar, presidió el acto de presentación del documento, que fue analizado con detalle por el profesor de la Universidad de Huelva y director de la Cátedra Juan Ramón Jiménez, Eloy Navarro. La principal línea de investigación de Navarro es precisamente la literatura española del siglo XX y, dentro de la misma, la obra de Ramón Gómez de la Serna.

El original mecanografiado de Piso bajo no se llegó a publicar entonces en El Grifón. En 1961 apareció bajo el sello de Espasa-Calpe en la Colección Austral. Pero, ¿cómo llegó dicho original a manos de Francisco Garfias? La respuesta se encuentra en la amistad que el poeta moguereño mantuvo con Eduardo Aunós y su familia en la década de los 50, cuando Garfias, ya instalado en Madrid, colaboró en distintos medios periodísticos y literarios de la época.

Precisamente en marzo de 1957 apareció el número uno de la revista Mirador de El Grifón, ejemplar que abría con un artículo de Garfias dedicado a Gabriela Mistral. Entre la rica y variada correspondencia del poeta de Moguer con autores de su tiempo y, aquella otra con remitentes y destinatarios distintos, figura una carta manuscrita de Ramón Gómez de la Serna a Eduardo Aunós, fechada en Buenos Aires en septiembre de 1954, que conservaba Garfias enmarcada, denotando con ello la alta estima que le tenía, al que se refirió en uno de sus artículos como el escritor "que lo ha dicho todo".

El programa El Documento del Mes que promueve el Archivo Histórico para dar a conocer los fondos que en él se custodian, tiene en este 2015 un marcado contenido americanista, pues la mayoría de los documentos que han sido seleccionados resaltan las relaciones de Moguer con América, intercalándose entre ellos algunas piezas adscritas a autores destacados de la literatura hispanoamericana.

De esta forma, el archivo moguereño inició el año dando a conocer algunos libros de Octavio Paz dedicados por el autor a la profesora Graciela Palau de Nemes, cuya biblioteca fue cedida en su día a la institución, y ahora es el turno de esta primicia: el original mecanografiado con correcciones manuscritas de Piso bajo y, en meses sucesivos, serán también protagonistas los poetas moguereños Xandro Valerio y el propio Francisco Garfias.

El legado del que fuera Premio Nacional de Literatura en 1971, Francisco Garfias López, se organiza en tres bloques. El primero es su biblioteca personal, que incluye más de 3.000 títulos, entre ellos ediciones de Juan Ramón Jiménez, ediciones del propio autor y revistas. El segundo lo compone su rico archivo personal, en el que se ha encontrado el original de la novela de Gómez de la Serna, y que integran su obra literaria manuscrita y mecanografiada, correspondencia, colecciones de fotografías, documentación de su estrecha amistad con numerosos autores y artistas de la época, y carpetas de recortes de prensa.

El tercer bloque lo forma una selección de muebles, obra gráfica y enseres y objetos de su casa de la calle Cristóbal Colón, que alcanza casi 300 piezas, algunas de gran valor artístico y sentimental.

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