Vera Martínez Mehner | Violinista del Cuarteto Casals

"Bach es la llave hacia el cielo"

  • En la celebración de su 25 aniversario, el Cuarteto Casals presenta la grabación de ‘El arte de la fuga’ de Bach

Cuarteto Casals: Arnau Tomàs, Abel Tomàs, Vera Martínez Mehner y Jonathan Brown.

Cuarteto Casals: Arnau Tomàs, Abel Tomàs, Vera Martínez Mehner y Jonathan Brown. / David Ruano

La violinista madrileña Vera Martínez Mehner fundó en 1997 en la Escuela Reina Sofía de Madrid el Cuarteto Casals junto a los hermanos Abel y Arnau Tomàs y Andoni Mercero, que tocaba la viola. David Quiggle sustituyó pronto a Mercero y en 2002 fue a su vez sustituido por Jonathan Brown. Desde aquel momento, premiados ya en importantes concursos internacionales y a punto de registrar su primer disco para Harmonia Mundi Ibérica (matriz española de la multinacional francesa, tristemente desaparecida hace mucho), el cuarteto se afianzó no sólo como el mejor conjunto español en una especialidad casi inédita por entonces en nuestro país, sino que encontró un espacio de privilegio en la muy competitiva escena camerística mundial.

–25 años ya... ¿Se imaginaban en sus inicios que llegarían hasta aquí?

–Cuando empiezas un proyecto te imaginas todo. Pero luego vas haciendo. De repente ves que has ganado concursos importantes, puedes contratar un manáger, empiezan a llamarte de salas importantes, grabas discos… En ese momento, ya te absorbe lo que haces y no tienes tiempo para imaginar mucho. Lo único que piensas es en hacer las cosas bien y ya veremos cómo sale, y por suerte, ha salido bien.

–¿Les ayudó en un primer momento el hecho de que en España no hubiera cuartetos de cuerda estables, representar algo que en el país no existía?

–Sí y no. No porque no había infraestructuras. La gente nos miraba raro por formar un cuarteto. Tuvimos que salir fuera porque aquí no había referentes ni profesorado para ayudarnos. Tuvimos que abrir camino nosotros. En ese aspecto fue difícil. Vas un poco a contracorriente. Pero por otro lado, el hecho de no tener referentes hacía que fuera nos escucharan sin prejuicios y con oídos abiertos, y eso pudo ayudarnos en algún concurso.

–Los primeros años fueron de mucho trabajo...

–Los primeros años son ensayo ensayo estudio ensayo estudio ensayo. No haces conciertos, no ganas dinero para pagarte el alquiler… Son tiempos muy complicados.

–En 2003 graban su primer disco, los cuartetos de Arriaga, un impulso importante…

–Fue importante porque era Harmonia Mundi, que creyó en nosotros, y ahí seguimos.

Bach – Cuarteto Casals Bach – Cuarteto Casals

Bach – Cuarteto Casals

–Y después de tanto terminan en Bach…

–Hemos pasado por aniversarios, vas haciendo cosas, la integral de Cuartetos de Schubert, luego la integral de Beethoven, que es como el Everest. ¿Y después del Everest qué hay? Pues el big bang, y el big bang es Bach… La esencia de las cuatro voces.

–La polifonía clásica de los flamencos…

–Exactamente, de ahí viene todo.

–Aunque no tenga instrumentación, es posible que Bach estuviera pensando en el órgano cuando escribió El arte de la fuga, ¿se adapta bien la escritura a las tesituras del cuarteto?

–Se adapta perfectamente. Hay algunos pasajes en los que tenemos que pasar voces porque bajan por debajo de las posibilidades del violín, pero es perfectamente factible. Es una obra arquitectónicamente espectacular, perfecta.

–¿Qué hacen con el contrapunto 14, el incompleto?

–Lo terminamos con un acorde de re mayor, como las otras fugas.

–¿Tocan con instrumentos convencionales pero arcos del XVIII?

–Sí, los instrumentos son los nuestros. No tenemos posibilidades de tener un segundo instrumento como está el mercado, pero utilizamos arcos barrocos, para conseguir una articulación más cercana a la época.

–¿En concierto suelen hacer la obra completa?

–Depende de la sala. A veces la hemos hecho completa y también alguna selección. Nos adaptamos a lo que necesite el programador.

–¿Con qué repertorio la programan?

–Lo hacemos mucho con Haydn, porque ahora estamos tocando su Op.20 en la que hay cuartetos que terminan con fugas. También con Mozart. Pero a veces lo hemos hecho con Brahms, Beethoven o Shostakóvich, al que también le gustaban mucho las fugas.

–¿Qué papel juegan aún los discos en la carrera de un grupo?

–Ahora mismo tener un buen disco grabado es importante para darse a conocer.

–¿Y para ustedes que son ya tan conocidos?

–Es importante para dejar tu marca, para señalar tu forma de entender determinadas obras, en este caso Bach. Es importante para dejar la huella. Seguimos aquí y así es como vemos esta música en este momento. El cuarteto existe para tocar conciertos en vivo, indiscutiblemente, pero dejar referencias a lo largo del tiempo es importante para las generaciones futuras. Igual que nosotros tuvimos como referentes a cuartetos anteriores.

El Cuarteto Casals en Vespa en una simpática imagen promocional El Cuarteto Casals en Vespa en una simpática imagen promocional

El Cuarteto Casals en Vespa en una simpática imagen promocional / Igor.cat

–De Schubert grabaron la integral para DVD con el sello Neu en conciertos en vivo en Barcelona, pero sólo se han publicado tres volúmenes…

–Sí, está todo grabado, pero ha habido algún problema con la financiación y por eso no han salido los dos volúmenes que faltan.

–El resto de sus discos son todos de estudio, pero este Bach lo grabaron en la iglesia del Castillo de Cardona.

–Exacto. Es una iglesia donde también graba el maestro Savall y que tiene una acústica excepcional. Para Bach necesitábamos una sonoridad diferente. En estudio podíamos perder algo de la magia sonora que tiene esta música. La música de Bach es ascendente. Bach es la llave hacia el cielo, y esa acústica es espectacular, perfecta para su música.

–Nunca han grabado música de Shostakóvich, ¿es el próximo paso?

–Correcto.

–¿Responde al encargo de algún espacio o es iniciativa suya?

–Iniciativa nuestra. Nos sentimos muy a gusto con ese repertorio. Hemos hecho ya todos los cuartetos menos tres. Y ahora está programada hacer la integral en diversas salas, y pensamos que era ideal, que ya que los íbamos a tener en dedos, grabarlos, y es el próximo proyecto.

–Después de esos primeros años de trabajo duro, la cosa cambia, pero al fin y al cambio son muchos años de convivencia muy estrecha. ¿Cuál es la clave para mantener unido el grupo tanto tiempo?

–Hemos hecho mucho camino, porque no solo es tocar, es gestionar el tema personal de cuatro personas, cada una con su proceso vital, sus intereses, sus necesidades. Hemos hecho gran trabajo para darnos libertad desde el respeto, para que cada cual se sienta a gusto en el grupo. No atar demasiado, pero tampoco soltar del todo. Ser sinceros. Y si alguno en algún momento necesita un poco de más libertad, y esta comida que íbamos a hacer juntos pues prefiero no ir, porque necesito mi espacio para otra cosa, pues respetar eso. Es un equilibrio no siempre fácil, pero hay que dejar que las cosas fluyan, con un objetivo común, el cuarteto, pero cada cual con sus necesidades.

–Uno se acostumbra a vivir así, viajando permanentemente…

–Sí, claro, si es lo que te gusta hacer, te acostumbras. Tampoco es una lucha constante. No te tienes que levantar cada día para ir al trabajo. Es distinto. Conseguir vivir de lo que nos gusta es una enorme suerte. Estamos muy contentos de que haya podido salir la grabación del Bach como celebración de nuestros 25 años. Contentos de estar vivos y con muchas ideas y ahondando en música tan extraordinaria.

–Y el repertorio es absolutamente interminable. Además también hacen estrenos...

–De vez en cuando vamos añadiendo algo. Cuando la integral de Beethoven encargamos seis obras que tocamos para complementar los conciertos. Vamos añadiendo repertorio nuevo, con obras de Mozart, Haydn o ahora Shostakóvich y de vez en cuando algunas obras actuales

–Incluso con orquesta...

–Sí, últimamente hemos hecho Absolute Jest de John Adams.

 EL CD EN SPOTIFY

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios