La Hermandad Matriz de Nuestra Señora del Rocío participó en el jubileo mariano que con ocasión del Año de la Misericordia se celebró en el Vaticano. Un encuentro al que asistieron cerca de un centenar de peregrinos encabezados por su presidente, Juan Ignacio Reales, que destaca para Huelva Información que vivieron "una experiencia muy gratificante, convivir estos días en Roma con representaciones de otras muchas realidades marianas de todo el mundo católico, con gran participación americana y presencia de lugares tan remotos como China, Sri Lanka, países africanos y otros muchos lugares del mundo, unidos todos en este jubileo mariano por nuestra común devoción a la Virgen, y presididos por el papa Francisco".

Juan Ignacio Reales, en la celebración que se desarrolló en la Plaza de San Pedro del Vaticano, tuvo la oportunidad de acercarse hasta el santo padre y le invitó a venir al Rocío, la respuesta de Francisco fue que "me encantaría, pero será si Dios quiere".

Los rocieros concluyen esta peregrinación llenos de alegría al haber podido acompañar al Simpecado rociero de la Hermandad Matriz en su estancia en la Plaza de San Pedro del Vaticano y entrar con el mismo por la puerta santa del Año de la Misericordia. Juan Ignacio Reales destaca que "ha sido muy emotivo estar en la procesión con el Simpecado por la Plaza de San Pedro de Roma, donde participaron con asociaciones marianas de todo el mundo". El sábado asistieron a la vigilia presidida por el Papa, con una procesión con los estandartes y simpecados de los grupos asistentes de santuarios, basílicas y asociaciones marianas de todo el mundo. El presidente de la Hermandad Matriz reconoce que "fue muy emocionante ver que la gente reconocía el Simpecado, aplaudía y daba vivas a la Virgen del Rocío".

Al mismo tiempo, la Hermandad Matriz participó en la eucaristía de clausura en la mañana del domingo, presidida por el papa Francisco. Este ha sido el último de los actos jubilares celebrados en el Año de la Misericordia que está a punto de concluir, el próximo mes de noviembre, y que ha tenido lugar en una fecha tan relevante como la festividad de Nuestra Señora del Rosario, del pasado día 7, cuando comenzó.

En su homilía, el papa Francisco dijo que "en esta jornada jubilar se nos propone un modelo, más aún, el modelo que debemos contemplar: María, nuestra Madre. Ella, después de haber recibido el anuncio del Ángel, dejó que brotara de su corazón un himno de alabanza y acción de gracias a Dios: 'Proclama mi alma la grandeza del Señor…". Aseguró que "el corazón de María, más que ningún otro, es un corazón humilde y capaz de acoger los dones de Dios".