Respons(H)abilidades

La responsabilidad social es universal, no sólo de las empresas

  • La Responsabilidad Social Corporativa necesita del compromiso de todos, tener impacto local, perseguir objetivos a largo plazo y ser rentable, de lo contrario no es responsabilidad social

La responsabilidad social es universal, no sólo de las empresas

La responsabilidad social es universal, no sólo de las empresas

La Responsabilidad Social Corporativa o RSC de la que tanto se habla es una herramienta universal que nos da aún más poder a los consumidores y beneficia a las empresas y a la sociedad a partes iguales. Pero claro, esa RSC debe implicar el compromiso de todas las partes que se benefician, o sea, el compromiso de todos. Y por el lado de las empresas no valen lo parches, ni las acciones reactivas o apresuradas, ni los lavados de cara. Pero por parte de las organizaciones sociales y los consumidores no valen tampoco las generalizaciones, ni las campañas interesadas, ni el consumo irresponsable. Porque todo eso que no vale es lo que impide que la RSC funcione como motor de transformación y mejora social.

La Responsabilidad Social Corporativa es una filosofía de gestión ética y transparente cada vez más necesaria para la rentabilidad de las empresas que se ven obligadas por las leyes de los Estados o por las leyes del mercado. Pero también es una obligación moral para las organizaciones sociales, para las instituciones y para los consumidores. Y cuando todos nos tomemos en serio esas obligaciones, cambiaremos el mundo. No es una exageración.

Vivimos tiempos de profundos y veloces cambios políticos, económicos y sociales. Nos preocupan cada vez más, porque siguen manchando nuestra actualidad informativa, problemas como el deterioro ambiental, la desigualdad social, la violencia de género, las brechas salariales, el consumo desproporcionado de recursos, el desempleo, la inmigración, y así un largo etcétera. El reto es abordar las soluciones entre todos, porque las instituciones y los colectivos sociales no van a llegar a resolverlos. No pueden solos.

El compromiso de las empresas

Las organizaciones empresariales demuestran una creciente preocupación por incluir políticas de compromiso social en su gestión. No lo hacen de forma desinteresada, o eso espero, porque siempre defenderé que la Responsabilidad Social Corporativa debe ser rentable para la empresa o no es RSC, habría que llamarla de otra manera.

Está claro que la preocupación social, la buena intención y la concienciación de muchos empresarios existe, e influye, pero no basta, porque la primera obligación de las empresas es ser rentable. Esa es una de sus principales responsabilidades sociales.

Las empresas se enfrentan a regulaciones administrativas y legales cada vez más estrictas, a unos consumidores mejor formados y más exigentes, a un mercado voluble en el que la diferenciación es una clave de éxito. Y todo eso hace más que recomendable adoptar una gestión responsable con propósito social, de lo contrario terminarán pagando las consecuencias.

Justo con el propósito social que adoptan muchas empresas como eje de su gestión responsable es con lo que podemos cambiar el mundo. Y de hecho, hay una tendencia de las organizaciones empresariales a especializarse en los retos sociales que de forma directa o indirecta benefician al negocio.

Así nos encontramos entidades bancarias que abanderan la educación financiera. Empresas agroalimentarias que ponen sus esfuerzos de RSC en la educación de hábitos de vida saludable. Firmas de productos de higiene femenina que invierten en la lucha contra el cáncer de mama. Fabricantes de productos de madera que se comprometen con la gestión forestal sostenible de su materia prima. Marcas de alimentación que investigan para mejorar el perfil nutritivo de sus productos. Negocios que promueven el comercio justo con sus proveedores. Cualquier actividad empresarial puede encontrar un propósito social que fortalezca su negocio, y si no siempre están los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Pacto Mundial de las Naciones Unidas como guía de buenas prácticas que fortalecen y mejoran el futuro para todos.

Pero no todas las empresas son responsables ni lo tienen tan claro. Y todavía las hay que pervierten la Responsabilidad Social Corporativa usándola de forma superficial y parcial como herramienta de imagen y reputación. Por eso es tan importante el compromiso firme, y sobre todo responsable, de todos los demás interesados en que la RSC de verdad funcione.

El compromiso de los colectivos sociales y los consumidores

Los colectivos sociales como asociaciones, sindicatos y ONG han jugado y juegan un papel clave en el impulso de la Responsabilidad Social Corporativa de las organizaciones empresariales. Es un sector fundamental que, desde sus diferentes objetivos fundacionales, ha trabajado por corregir esos problemas que nos preocupan como sociedad.

En los últimos años, muchas de las campañas desarrolladas por estos colectivos se han basado en el diálogo, el acuerdo y las alianzas, pero otras muchas en la confrontación y la exposición de determinadas empresas a la opinión pública. Influyen así de forma determinante en el desarrollo legislativo, en las acciones judiciales, y en el verdadero motor de la RSC: el ejercicio de compra de los consumidores. Esa es su mayor fuerza, pero también su mayor responsabilidad.

Por eso, el compromiso de los colectivos sociales debe ser con la vigilancia activa y preventiva, con la veracidad contrastada y con la no generalización, interesada o no, de sus campañas. Así sí conseguirán jugar el papel que necesita la sociedad para convertir la RSC en una herramienta de transformación social que mejora la vida de todos.

Necesitamos que las empresas con propósitos sociales y políticas responsables se beneficien de hacerlo bien, y que las que no lo hacen bien, lo paguen. Por eso no se puede generalizar en las denuncias o los comentarios públicos sea del sector que sea, porque se consigue justo lo contrario: que paguen las consecuencias las empresas con buenas prácticas, y entonces: ¿para qué ser responsable? Como sociedad eso no nos lo podemos permitir.

Por último está el compromiso más importante. El personal de todos y cada uno de nosotros. Ese que ponemos en valor cada vez que compramos productos o servicios. El poder está en nuestras manos, y por eso también debemos ser muy responsables.

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