Estar considerado como "el mejor amigo del hombre" no es una casualidad ni un capricho. Esta denominación que recibe el perro tiene una explicación con peso y con muchos argumentos que atestiguan su veracidad en diferentes ámbitos. El canino es un animal de compañía, capaz de manifestar afecto de manera incondicional; sirve como guía para invidentes o para las faenas en el campo; y con un adiestramiento especializado, puede convertirse en todo un héroe al frente de un rescate humano. Ese es el caso de Alfa, un pastor alemán con un olfato privilegiado y bien entrenado, que ayer fue el protagonista indiscutible de una demostración de un rescate subacuático a cargo de los Bomberos de Huelva.

La actividad, llevada a cabo en el pantano de San Walabonso de Niebla, es una iniciativa organizada en concreto por Buceo Técnico Bomberos Huelva, en la que han intervenido Manuel Martín Portugués, sargento del Cuerpo de Bomberos de Ciudad Real, y Juan Manuel Bermejo Navarro, bombero de la Comunidad de Madrid, ayudado de su canino.

El cebo, una cabeza de cerdo, fue depositado el pasado miércoles en el pantano iliplense "con el fin de que se descompusiera en los últimos días", explica Wladimir Blanco, presidente de Buceo Técnico Bomberos Huelva. Y es que "los tejidos putrefactos sumergidos en el agua emiten unas partículas olfativas que el perro es capaz de captar en la misma superficie", añade.

Ajeno a las numerosas miradas que atendían a cada uno de sus movimientos, Alfa hizo alarde de su buen olfato y preparación y encandiló a todos los presentes con un soberano rescate subacuático. La actividad comenzó con el embarque de este animal y su guía en una pequeña zodiac, que les sirvió para rastrear el pantano de San Walabonso en busca de esa cabeza de cerdo que yacía en las profundidades.

Desde la orilla, bomberos del Ayuntamiento de Huelva y del Consorcio y la Unidad Canina de Rescate onubense, no daban crédito a lo que allí acontecía. Todas las expectativas estaban puestas en Alfa, que no defraudó en absoluto. En cuanto el animal se percató del olor en el ambiente, lo marcó al instante a través de su lenguaje corporal. El canino se mostró inquieto, comenzó a moverse de un lado a otro, al mismo tiempo que ladraba. Su trabajo estaba hecho.

Después tocaba el turno a los profesionales al frente de este rescate, que lanzaron una baliza al fondo del agua comunicada con la superficie. A continuación, varios bomberos se sumergieron en el agua y en pocos minutos localizaron la cabeza de cerdo putrefacta.

Con la puesta en marcha de esta iniciativa, Buceo Técnico Bomberos Huelva pretende "dar a conocer a nuestros profesionales esta modalidad de rescate tan interesante" -explica Wladimir Blanco. Y es que se trata de una técnica "muy ventajosa", según Juan Manuel Bermejo, ya que "mejora las condiciones de seguridad de los buceadores que participan en los rescates, acotando el área de búsqueda y reduciendo los tiempos de localización de los cuerpos".