Hasta 131 médicos de los 395 de Huelva se declararon objetores de conciencia en 2023

Si los informes son favorables, los plazos de autorización de la Prestación de la Ayuda para Morir se encuentran entre los 40 y 42 días

Muere José Díaz, el onubense que luchaba por la eutanasia tras sufrir una necrosis cerebral

José Díaz, quinto onubense que muere por eutanasia desde la puesta en vigor de su ley en 2021

Acceso a Urgencias del Hospital Juan Ramón Jiménez, en una imagen de archivo.
Acceso a Urgencias del Hospital Juan Ramón Jiménez, en una imagen de archivo. / Josué Correa
Lourdes Morillo Moyar

Huelva, 08 de abril 2024 - 05:00

El caso de José Díaz, onubense de 33 años que falleció este lunes tras serle concedida la eutanasia, ha hecho aflorar un debate en el que las leyes que amparan dos derechos (a la objeción de conciencia y a una muerte digna) parecen entrecruzarse.

En Huelva, según los datos arrojados por la Comisión de la Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía, 131 médicos se declararon como objetores de conciencia en el año 2023, suponiendo esto que podrán negarse "a realizar la citada prestación por razones de conciencia, como decisión individual del profesional sanitario directamente implicado en su realización, la cual deberá manifestarse anticipadamente y por escrito".

José, en sus plenas facultades mentales, ha tardado más de un año y medio en conseguir que le proporcionen la Prestación de la Ayuda para Morir, aunque los plazos normalmente oscilan entre 40 y 42 días, siempre que los informes sean favorables.

Según Isabel Torres, vocal de la Junta Directiva de la Asociación de Derecho a Morir Dignamente (DMD) Andalucía y encargada de atender el caso del onubense recientemente fallecido, "José pidió la ayuda de la prestación a morir poco después de aprobarse la Ley (junio del 2022). Su médico dijo que era objetor de conciencia, aunque el registro de objetores de conciencia es privado y no podemos acceder a ellos, por lo que en muchos casos se convierten en objetores de conveniencia en lugar de de conciencia", contaba a Huelva Información. "El caso de José ha sido un caso extremo, pero sí que hay gente que muere esperando a la resolución y, sobre todo, en Andalucía", cuenta la vocal.

Tras esto, mandaron al paciente a Manzanilla, "donde el médico que lo vio no le dijo que era objetor pero hizo un informe desfavorable que después llegó a la Comisión de Garantía, últimos que dictaminan y resuelven cada caso concreto. Con el informe en contra del médico, la Comisión se negó", afirma.

A partir de ese momento, la familia Díaz Pérez entró "en un proceso complicado y que les quitó mucho tiempo", recurriendo finalmente al Contencioso Administrativo. "La sentencia del Contencioso Administrativo -ya en noviembre del año 2023- también fue negativa. Finalmente, en el mes de diciembre, contactaron con DMD Andalucía".

Desde la Asociación de Derecho a Morir Dignamente, le recomendaron que volvieran a empezar con el procedimiento "porque José reunía los requisitos suficientes para solicitar la eutanasia". Ya con Sandra Díaz como portavoz de la familia, responsabilidad hasta entonces asumida por su madre que comenzó a sufrir crisis de ansiedad debido a la situación que atravesaban, volvieron a comenzar desde el principio con un desenlace completamente inesperado: la llamada del centro de salud de la Orden avisando que habían encontrado una médica que efectuaría la Prestación de la Ayuda para morir.

¿Qué es el testamento vital y por qué hay que hacerlo?

Según Isabel Torres, el testamento vital es "de suma importancia". "Se trata de un documento en el que expresas tu voluntad, lo que quieres o lo que no quieres si llega el momento en el que no puedes manifestarlo. Si no lo tienes hecho y llega ese momento, nadie puede pedir tu eutanasia".

La Asociación Derecho a Morir Dignamente invita a los ciudadanos a realizar este testamento con el objetivo "de evitar el encarnizamiento terapéutico, lograr que alivien el sufrimiento con todas las medidas disponibles -incluida la sedación paliativa- y evitar que se prolongue el proceso de morir. En Andalucía lo llaman Voluntades Vitales Anticipadas.

"Se ha dilatado demasiado en el tiempo. Han sido muchos sin sentidos y mucho dolor añadido. No es posible que todos los médicos sean objetores de conciencia en una provincia o, al menos, que estén todos registrados. No es posible y no es legal", concluye Torres.

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