Huelva

José Luis García Palacios, precursor en el campo y motor del sistema financiero

"Mientras Dios me dé salud seguiré trabajando, estaré en primera línea, como he hecho siempre, en todos los temas que sean buenos para Huelva. Y eso necesita unidad, confluencia, diálogo y empujar todos en un mismo sentido". Lo dijo hace justo un mes José Luis García Palacios, tras recibir el I Premio Confluencia, otorgado por el Colegio de Economistas de Huelva. Y esas palabras definen la esencia de quien ha cedido el testigo de la presidencia de la Caja Rural después de 45 años (primero en la de Huelva y después en la Rural del Sur). Con una capacidad de trabajo que aún admira a quienes están a su lado, García Palacios deja un sello en la entidad que es la huella de una forma de trabajar tranquila, con ideas claras y ante todo, con un saber proceder sin estridencias, que siempre ha buscado un acuerdo a través del diálogo. El decano del sistema financiero español es un empresario que se ha hecho a sí mismo, un veterano emprendedor que ha sabido aunar voluntades para sumar esfuerzos y lograr cada uno de los logros de su dilatada trayectoria profesional. La comenzó tras el fallecimiento de su padre, que le obligó a abandonar los estudios de Ingeniería Agrónoma que cursaba en Madrid (aunque después obtuvo el título de ingeniero técnico agrícola) para hacerse cargo, a los 23 años, de la explotación familiar. Desde muy joven adquirió conciencia de la necesidad de impulsar el asociacionismo como solución a la comercialización en el sector agrario. Desde el principio marcó su carácter innovador en el desarrollo de cultivos tradicionales de secano, viñedos (con elaboración de vino en bodega propia) y riegos de cítricos, que combinó con una actividad ganadera (llegó incluso a comercializar lanas y pieles).

En esa primera etapa profesional desarrolló un amplio conocimiento de lo agro que, unido a su espíritu emprendedor, lo llevó a destacar en foros agrarios que rápidamente lo eligen como impulsor de movimientos asociativos y cooperativas. Ahí y ante la escasez de regadíos en la provincia de Huelva funda la Cámara Agraria que preside desde el año 69 y hasta 2010, cuanto llega su extinción.

Su vida profesional ha estado marcada por su talante mediador y dialogante

Al final de la década de los 70 revoluciona el campo onubense, al lograr que se pusieran las primeras hectáreas de regadío para el cultivo de la fresa en lo que se denominó entonces Huelva verde.

Su capacidad de trabajo, empeño incansable y un olfato innato para saber qué hacer le llevan a fundar también en el 69 la Unión Territorial de Cooperativas del Campo (Uteco) que también preside. Posteriormente en 1983, fundó y llevó las riendas de la Federación Andaluza de Cooperativas Agrarias (FACA) en Huelva y Andalucía, que dará origen a la Federación de Empresas Cooperativas Agrarias (Faeca) en Huelva.

Esa capacidad para llevar las riendas de una auténtica revolución en el trabajo agrario conduce a su sector a auparlo, en 1972, a la presidencia de la Caja Rural de Huelva (dos años antes ya era vocal). García Palacios aunó entonces las tres entidades agrarias onubenses que existían (situación inédita en España) y logró la transformación de la agricultura de Huelva. Aquí sale ese espíritu financiero que desarrollará hasta la actualidad y que se convertirá en una de sus facetas más conocidas. Las cooperativas agrarias echaban en falta entonces la confianza del sector bancario en ellas cuando tenían que solicitar préstamos. "Ni los bancos ni las cajas de ahorros se fiaban de los agricultores, es más, ni los recibían". García Palacios se dio cuenta entonces de que la solución pasaba por una cooperativa de crédito, que con los ahorros de los socios se pudieran financiar las propias cooperativas. Se crea así la Caja Rural de Huelva en 1968.

Como a toda la banca, le llegaron momentos difíciles, pero la intuición de García Palacios fue decisiva para atajar los momentos de dificultades en las cajas. Un ejemplo, la apuesta hace 27 años para poner en marcha el Banco Cooperativo Español, del que es presidente, que se convertiría en una central bancaria para las cajas a través del accionariado de los cooperativistas y de capital alemán que llegó directamente de la mano de García Palacios.

Uno de los momentos más decisivos en su carrera financiera llegaba con el inicio del nuevo siglo. Mientras las cajas de ahorro andaluzas parecían sumidas en una parálisis, las rurales se lanzaron a crecer mediante fusiones en un mercado competitivo que los analistas calificaron como poco halagüeño para las pequeñas entidades. La fusión entre Almería y Málaga fue un acicate para la creación de la Caja Rural del Sur, nacida de la unión entre las de Huelva y Sevilla, y cuyo nombre expresaba desde el inicio su intención de huir de localismos y afrontar un plan de expansión. Se hizo sin estridencias como también se lleva a cabo la integración con Córdoba en 2014.

Su implicación en el campo del crédito agrario le ha llevado a ocupar otros tantos puestos de responsabilidad como el de consejero del Banco de Crédito Agrícola, participando en la creación y ocupando la vicepresidencia del Grupo Asociado Banco de Crédito Agrícola-Cajas Rurales; fundador de la Federación de Cajas Rurales Andaluzas; consejero de la Asociación Española de Cajas Rurales; de Rural Grupo Asegurador y vicepresidente de la Confederación Internacional de Crédito Agrícola, con sede en Zúrich.

Los primeros años en la caja coinciden con sus inicios en la vida política. Con la Transición funda la UCD de Huelva y salta a la vida pública como senador constituyente de la primera legislatura (uno de los logros de su gestión en esta etapa, fue el establecimiento del Servicio Madrid-Huelva del Talgo). Participó en los Pactos de Moncloa cuyo espíritu de diálogo se invoca ahora desde algunos ámbitos. García Palacios siempre ha sido fiel defensor de la unidad y en más de una ocasión ha relatado cómo el trabajo de entonces era en una misma dirección, aunque hubiera diferentes ideologías: "Viajábamos juntos en el tren expreso de la noche hacía Madrid [representantes del PSOE y de UCD] y jugábamos a las cartas. Hablábamos. Se compartían ideas y proyectos... Porque en política se puede ser adversario pero nunca enemigo". Entonces había "un espíritu de consenso, de tolerancia y diálogo que hoy no vemos en algunos políticos que se sientan en el Congreso y Senado". Esa unidad le sirvió para defender la Ley de Doñana, que defendió durante su presidencia en la Comisión de Agricultura del Senado.

Con un instinto exquisito para los negocios, es capaz de compaginar reuniones, asambleas y encuentros en diferentes provincias. Aún hoy se levanta a las cinco de la mañana para acudir a una reunión en Madrid. Eso sí, siempre ha intentado pasar la noche en casa (su entorno más cercano destaca el carácter familiar que siempre ha defendido con celo).

Es dialogante, cercano, trabajador incansable y defensor de una ética que se intuye, por ejemplo, cuando alguien se percata de que mientras fue presidente de la UCD de Huelva no permitió que el partido tuviera una cuenta en la entidad que lideraba. "Pero es que yo era presidente de la caja -explica- porque me habían elegido los cooperativistas, no porque le debiera el cargo a nadie".

Una de las grandes pasiones de José Luis García Palacios ha sido siempre el toro bravo. Durante su etapa como senador abrió un paréntesis en la dedicación a a sus explotaciones, pero a su vuelta recuperó esa sangre de empresario agrícola y ganadero que le ha acompañado siempre. Y fue entonces cuando aprovechó para adquirir dos ganaderías de toro bravo. La primera, la del emblemático hierro de Concha y Sierra, que adquirió a Miguel Báez Litri en 1993 y que vendería después. Posteriormente, adquirió de los hermanos Domecq el hierro de Albarreal, un reclamo para el mundo taurino, que reúne a las grandes figuras en una de las fincas familiares (la que se ubica en el pueblo onubense de Zufre, en la que más de una vez ha disfrutado con su plato preferido, los huevos fritos con patatas, jamón y berenjenas). Por su tentadero han pasado Talavante, José Tomás, Enrique Ponce (de quienes García Palacios es fiel seguidor, como lo ha sido de Pepe Luis Vázquez, a los que une una amistad desde jóvenes), Morante, El Cordobés o el Cid.

También es un apasionado de la artes plásticas y de ahí que la Caja Rural del Sur tenga una de las mejores pinacotecas de los nuevos pintores andaluces.

La Caja Rural del Sur vivió el martes un momento histórico con el relevo en la presidencia de quien ha estado al frente de ella desde el principio y de quien ha hecho posible que avance con paso firme en el panorama financiero español. Es resultado de la veteranía que García Palacios ha acumulado durante casi medio siglo de vivencias profesionales y humanas, lo que constituye en la actualidad uno de sus principales valores.

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